Pinturas en peligro
Las pinturas de la cueva de Lascaux, en la Dordoña francesa, realizadas hace diecisiete mil años, se están degradando y pueden desaparecer. Este conjunto, de unas mil figuras de animales pintados, algunos de casi seis metros de longitud, es, por su extraordinaria belleza, por su técnica refinada y original y por otras notables características, un documento único en la evolución de la historia de la pintura.
Pues bien, toda una serie de graves errores técnicos por parte de los cuatro organismos responsables de la conservación de la cueva, que se culpan mutuamente, han llevado a una situación desastrosa, probablemente irreversible. Los pigmentos de las figuras se disuelven y gotean al suelo, los filamentos blancos de los hongos proliferan como una nevada sobre las pinturas.
Las lentas medidas que se toman son insuficientes o de nuevo equivocadas, situación escandalosa que ya empieza a trascender a la prensa internacional (Time, 15 de mayo de 2006). La salvación de Lascaux, patrimonio de todos, debe asegurarse cuanto antes.
Y ello nos recuerda, aquí también, que la salud de las pinturas paleolíticas en las cuevas es sumamente frágil.
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