Ibrahimovic, 'el antisueco'
El delantero de raíces bosnias dispone de una técnica inusual en el estilo de la selección nórdica que hoy debuta ante Trinidad y Tobago
"Zlatan Ibrahimovic tiene una técnica casi antisueca: sabe regatear y disparar. Su movilidad y juego en equipo son extraordinarios". Lars Lagerback describe así su pasión por su número 10, el joven y grandullón delantero por el que pasan gran parte de las opciones de Suecia. Tras una temporada discreta en el Juventus, pese a la conquista del título de Liga, Ibrahimovic, de 24 años, ha sido crucial en la clasificación sueca para Alemania: marcó ocho goles en 10 partidos. Ha anotado 18 tantos en 37 encuentros con la selección. Su motivación crece cuando se enfunda la camiseta amarilla, como demostró en la pasada Eurocopa de Portugal 2000, donde dejó un maravilloso gol de tacón ante Italia.
De raíces bosnias -su madre es croata y su padre musulmán-, Ibrahimovic se crío y creció en Malmoe. Jugó allí hasta que el Ajax pagó por él 7,8 millones de euros en 2000. Tres temporadas de crecimiento constante en el club holandés atrajeron la atención del Juventus, que llegó con 19 millones. Ha ganado dos Ligas italianas, pero su estrella ha declinado en un final de curso en el que fue eclipsado por el decadente Del Piero. Ha tenido muchos problemas con el técnico, Fabio Capello, y ahora, como al resto de sus compañeros de equipo, se le presenta un panorama incierto tras describirse la gran trama de corrupción urdida por el director general de la Juve, Luciano Moggi.
En Italia, Ibrahimovic tiene fama de arrogante, muy difícil de llevar en el vestuario, cosa que Lagerback desmiente. "Zlatan es muy fácil de tratar. De él esperamos algo especial. Estoy seguro de que el desafío de la Copa del Mundo será lo que necesita para dar lo máximo". Soberbio al primer toque, bastante rápido y ágil para su altura (mide 1,92 y pesa 90 kilos), Zlatan está acostumbrado a la presión. "Ha tenido una temporada muy dura en Italia", explica el central y capitán de Suecia, Olof Mellberg, "y no debemos olvidar que es un chico joven que todavía está en fase de aprendizaje. Quizás esperamos demasiado de él muchas veces".
Hay una vieja broma que dice que si mañana un gran desastre fuera a golpear la tierra, todos correrían y se esconderían, pero los suecos formarían un comité. Hay un gran amor por planificar y discutir, también dentro del campo, donde cada uno dice su opinión. En este caso, justo antes de debutar ante Trinidad y Tobago, se discute sobre si Suecia es o no un equipo aburrido. Y su capitán Mellberg dice que no, que cómo va a ser aburrido un conjunto que cuenta con Larsson e Ibrahimovic en el ataque.
La pregunta es, ¿por qué no saca más partido Suecia de esta excepcional pareja de atacantes? La primera respuesta es que la tradicional fortaleza defensiva se ha resquebrajado en los últimos meses. Está en crisis el sistema defensivo, como se vio en la dolorosa derrota ante Irlanda en marzo pasado (3-0), así que todas las esperanzas suecas pasan por esta flamante delantera: el instinto goleador de Larsson, recién afilado tras un finísimo final de campaña con el Barça a sus 34 años, y la poderosa presencia de Ibrahimovic. Enfrente, una selección, Trinidad y Tobago, muy desconocida para los suecos. "No los conozco, pero creo que todos están en Inglaterra", reconoce Mellberg.
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