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Una decisión judicial para prevenir una posible reiteración delictiva

El juez Fernando Grande-Marlaska basó la decisión de ayer de impedir una rueda de prensa de Batasuna en el auto de suspensión de actividades del partido abertzale dictado el 17 de enero para prevenir una posible reiteración delictiva, ya que consideraba que aunque la formación estaba ilegalizada, sus dirigentes seguían funcionando de hecho. Garzón había suspendido en 2002 las actividades de Batasuna, pero la medida no se había prorrogado. Sin embargo, Marlaska decidió en enero suspender de nuevo las actividades de Batasuna por dos años, al tiempo que prohibía la celebración de su congreso. Para el juez, "desde su constitución, Herri Batasuna-Euskal Herritarrok-Batasuna es una estructura controlada por los responsables de ETA".

Entre las medidas cautelares adoptadas, figuraban las siguientes:

- "Suspender por un periodo máximo de otros dos años todas las actividades orgánicas, públicas, privadas e institucionales en todos y cada uno de los ámbitos y organismos públicos, fundaciones, asociaciones, sociedades y organismos similares de Batasuna".

- "Suspensión de la capacidad de convocar manifestaciones, concentraciones, caravanas o cualquier acto público o de asistir a los mismos. A tal efecto, comuníquese a la Consejería de Interior del Gobierno vasco, Comandancia de la Guardia Civil de Navarra y Jefatura Superior de Policía de Pamplona (Navarra) con el fin de que adopten todas las medidas legales necesarias para hacer efectiva esta medida, que es ejecutiva desde el día de la fecha".

- "Acordar por un periodo máximo de otros dos años, a partir de la fecha de esta resolución, la clausura de las sedes de Batasuna en San Sebastián, Bilbao y Pamplona".

- "Precintar los locales, sedes, establecimientos o sitios que use Batasuna, con éste u otro nombre".

- "Cancelar las páginas web u otros servicios que pudiera tener contratados Batasuna en Internet".

- "Comunicación a los diferentes medios de prensa escrita, radio y televisión de la suspensión de actividades de la formación Batasuna a efectos de que conozcan formalmente la misma, y que ésta se extienda a la utilización como tal grupo o asociación a espacios publicitarios".

En el auto del 1 de junio, Grande-Marlaska recordaba la vigencia de la suspensión de actividades y la prohibición de que los dirigentes de Batasuna puedan convocar manifestaciones o cualquier acto público. Ayer, lo llevó a la práctica.

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