Señales contradictorias
España se sobrepone a un inicio de partido preocupante gracias a los goles de Pernía y Torres
No hay novedad en la selección. Pasó otro partido, el último antes del debut mundialista, y a día de hoy es difícil dar con la alineación que se enfrentará el miércoles a Ucrania y pronosticar su suerte en el torneo. Anoche actuaron los peloteros y salvaron también el resultado como es costumbre desde que, hace 22 partidos, Luis se sienta en el banquillo. Nadie salió convencido, en cualquier caso, de que con el once de ayer se pueda ir al fin del mundo. El juego continúa emitiendo señales contradictorias. No se sabe todavía si España es carne o pescado, presa como está la afición de una extraña melancolía, esperando que acabe el tedio y que el seleccionador tome necesariamente partido.
ESPAÑA 2 - CROACIA 1
España: Reina (Cañizares, m. 46); Salgado (Sergio Ramos, m. 46), Pablo, Puyol, Pernía; Xabi Alonso, Xavi; Joaquín (Cesc, m. 73), Raúl (Torres, m.46), Reyes (Luis García, m. 46); y Villa.
Croacia: Pletikosa; R. Kovac (Modric, m. 46), Simic (Tokic, m. 85), Tudor, Simunic, Babic; N. Kovac (Vranjes, m. 67), Kranjcar (I. Leko, m. 69), J. Leko; Prso (Bosnjak, m. 74) y Klasnic (Balaban, m. 88).
Goles: 0-1. M. 13. Pablo en el intento de despejar de cabeza marca en propia puerta tras un centro de Kranjcar. 1-1. M. 61. Pernía lanza una falta desde la derecha, el balón toca en Tudor y descoloca a Pletikosa. 2-1. M. 92. Sergio Ramos progresa por la derecha cede al centro y Torres, tras hacer un recorte, marca por bajo.
Árbitro: Stephane Lannoy (Suiza).
Estadio de Genéve. 20.000 espectadores.
No prende aún la mecha del fútbol y, a día de hoy, la selección no tiene encanto y, sin embargo, no sólo no pierde un partido sino que los gana. Aunque le falta oficio y malicia, dos condiciones indispensables para disputar una competición corta, ha competido de forma regular. Anoche, por ejemplo, supo sobreponerse finalmente a un inicio preocupante, y firmó un remonte que invita a mantener la rutina y las expectativas, sobre todo porque el adversario no era un cualquiera.
Jugó la selección de salida con un equipo de claqué, muy ligero, atrevido y futbolero, sobre todo porque la posesión del balón era su razón de ser, incapaz de recular, para nada defensivo. Laterales largos, un medio centro de ataque, extremos muy abiertos y dos delanteros dinámicos. Un equipo muy poético, opuesto frontalmente al que venía actuando, sobre todo por la ausencia de Albelda y Senna, dos centrocampistas físicos que marcan la línea, y de Torres, un referente en ataque.
Pareció que España quería recuperar su versión más convencional, la misma con la que se clasificó para la Copa del Mundo, alejada de la que ha formado en los partidos de preparación. Luis no ha parado de probar y ensayar en cada amistoso. Anoche, sin embargo, apostó por un once muy atrevido justamente el día en que se enfrentaba al rival más difícil. Croacia es un equipo más físico y poderoso y también menos ingenuo. El jovial plantel de Luis penó largo tiempo en las dos áreas. Le faltó pegada ante Pletikosa y estuvo condescendiente en la defensa de su portero, tanto que Pablo se metió un golazo de cabeza que no venía a cuento porque nadie compitió con el central en el salto.
La selección española sólo fue capaz de acabar una jugada en su propia puerta antes de alcanzar el descanso. Aunque Villa chutó al palo en una asistencia de Raúl, reiterativo en el último pase, nadie mejor que Joaquín para expresar la esterilidad futbolística. Falló un gol cantado nada más empezar y después no supo rematar un par de arranques muy toreriles. El protagonismo del bético fue absoluto frente al anonimato de Reyes, orillado en la izquierda, tan menospreciado que acabó por recogerse y funcionar como segundo delantero. Los croatas atacaban menos y, sin embargo, seleccionaban mejor sus disparos.
Pernía, por ejemplo, pasó un mal rato en su debut porque fue ninguneado por sus amigos y atacado por los enemigos. Al final, sin embargo, se redimió con un gol afortunado a la salida de una falta después de que la pelota diera en Tudor. El tanto oxigenó al equipo español, reactivado en la reanudación por la presencia de Torres y sobre todo por el carácter agitador de Luis García. Los cambios comprometieron tanto a los sustituidos, y en especial al capitán Raúl, como avalaron a los jugadores entrantes en la cancha. Tomó velocidad el equipo de Luis, y el partido perdió la monotonía del inicio. Croacia reculó y se exigió defensivamente ante un contrario que aceleró con la presencia de Iniesta. El dinamismo y la perseverancia le llevaron hasta la victoria. Torres sentenció en el último minuto después de que marrara un penalti en el que el delantero estuvo tan mal como bien el portero.
Nada mejor que un remonte para animarse para un debut mundialista después de un partido que comenzó muy mal y acabó muy bien. Tuvo la contienda dos caras como dos caras parece tener el equipo de Luis.
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