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El Salón del Cómic combina ocio y propuestas para mejorar la promoción del sector editorial

El encuentro afronta su edición más ambiciosa con un cartel lleno de divos de las viñetas

Hace tiempo que los tebeos dejaron de ser pasatiempos infantiles. La venta anual de historietas en España asciende a 100 millones de euros, lo cual representa el 3,4% de la facturación del sector editorial autóctono. Estos datos los aportó ayer el presidente de Ficomic, Antoni Comas, en la presentación de la 24ª edición del Salón del Cómic, que se celebrará desde mañana y hasta el domingo en el palacio número 2 de la Fira de Barcelona, en Montjuïc. La gran cita comiquera llega cargada de propuestas profesionales y divos de las viñetas con el afán de iniciar una nueva etapa.

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La esperada cita con las estrellas

Para constatar el ambicioso envite del Salón del Cómic, basta con echar un vistazo a la lista de invitados. A última hora se ha añadido Vittorio Giardino, un icono de la viñeta europea. Los participantes serán variopintos y no faltará un destacado representante de la clase política: el ministro de Justicia, Juan Fernando López Aguilar, aficionado a dibujar caricaturas.

El ministro no será el único político que se acerque al salón. Sus organizadores han convocado un encuentro entre profesionales del sector editorial del tebeo y una comisión del Congreso de los Diputados integrada por parlamentarios del Grupo Socialista, del Partido Popular, Convergència i Unió y Esquerra Republicana de Catalunya. El objetivo de esta reunión es presentar a los congresistas una serie de medidas para "impulsar la edición y la distribución de cómics, además de promover su inserción en el sistema educativo", explicó ayer el nuevo director del salón, Carles Santamaría, quien ya fue responsable del mismo entre 1994 y 1996.

Entre las iniciativas propuestas, Santamaría señaló la posibilidad de crear licenciaturas universitarias sobre el noveno arte e incluir historietas como lecturas obligatorias en los colegios. Como ejemplo de esta última posibilidad, citó tres obras de un gran valor pedagógico: Palestina (Planeta), de Joe Sacco; Persépolis (Norma), de Marjane Satrapi, y Maus (Planeta), de Art Spiegelman.

La cita con los diputados será una buena ocasión para poner sobre la mesa algunos problemas del sector, como las dificultades que tiene el cómic para encontrar un espacio en la librería tradicional. Así, la mayoría de tebeos (35%) se venden todavía en los quioscos. Para contrarrestar esta tendencia, el sello Norma tiene previsto expandir su red de librerías en varias capitales de provincia españolas que no cuentan con establecimientos especializados.

En el mercado de la viñeta, las editoriales catalanas no tienen competencia y facturan el 95% de la venta de cómics. El interés por las historietas aumenta entre el público adulto. De ahí que no sea extraño que el Congreso de los Diputados solicitara en abril al Gobierno la creación del Premio Nacional del Cómic.

Pero más allá de su afán reivindicativo, el salón es sobre todo una cita lúdica y cultural. A las anunciadas exposiciones centradas en la Guerra Civil española, la iconografía del Capitán Trueno, el trabajo del ilustrador Luis Royo y las consagradas a los ganadores de los premios de la pasada edición (Raquel Alzate, Miguelanxo Prado y Carlos Giménez), se ha añadido otra más, recién llegada de Londres, en la que se exhibirán 45 láminas originales de V de Vendetta, obra maestra de Alan Moore y David Lloyd. Asimismo, la galería barcelonesa Safia (calle de Bruniquer, 9) acogerá en los días que dura el salón una exposición antológica de Bill Sienkiewicz, dibujante norteamericano que revolucionó los cómics de superhéroes con un estilo artístico que se escapaba de los cánones figurativos. Las obras exhibidas en la galería Safia también se pondrán a la venta.

Esa experiencia puede ser un acicate para que en futuras ediciones del salón se reserve un espacio a un mercado artístico en el que los comiqueros podrán adquirir originales con certificado de autenticidad, aseguró Santamaría.

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