La red valenciana tiene ocho de los veinte puntos negros más peligrosos

Ocho de los veinte puntos negros con más accidentes mortales en las carreteras españolas se encuentran en territorio valenciano, según un informe de la Dirección General de Tráfico. Además, tres de los puntos más peligrosos de la red viaria española por el número de siniestros se localizan en Alicante. El que mayor riesgo entraña para los automovilistas está en la N-332 a su paso por Benissa.

Según el último informe publicado por la Dirección General de Tráfico (DGT) sobre siniestralidad y puntos negros en la red viaria estatal, del año 2004, el kilómetro 151,9 de la N-332 a su paso por Benissa, con 49 accidentes con víctimas mortales, es el que mayor riesgo representa para la integridad física de los automovilistas en las carreteras valencianas.

A continuación se sitúa el kilómetro 713 de la N-340 en Crevillent, con 27 accidentes. En tercer lugar aparece el kilómetro 116,1 de la N-332, con 20 siniestros. El cuarto y quinto punto negro de la red viaria valenciana se sitúan en el kilómetro 316 de la A-3 y en el 46 de la N-332, respectivamente. El sexto también corresponde a otro tramo de la N-332, en concreto el kilómetro 139, y el séptimo se localiza en el kilómetro 129 de la N-340. El octavo punto negro de las carreteras valencianas incluido en el informe de la DGT es el kilómetro 309 de la A-3.

La mayoría de los siniestros mortales que se registran en los puntos negros son por una colisión (58,7%) y salidas de vía (33,4%); muy de lejos quedan los atropellos, con un 3,3% de los casos; y los vuelcos, con un 2,6%. La DGT califica como punto negro aquel tramo en el que se registran al menos tres accidentes con víctimas mortales en un tramo de entre uno y cien metros. En 2004, las carreteras españolas registraban 780 puntos negros.

El portavoz de la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) de Alicante, Manuel Martínez, responsabiliza de la oscura estadística, en gran medida, a la Jefatura provincial de Tráfico. Según el dirigente sindical, el afán recaudador de la Guardia Civil relega a los agentes a los tramos donde más infracciones de tráfico se cometen, preferentemente en carreteras secundarias, pero, no por ello, a los más peligrosos. "Anteponen el cobro de multas a destinar a los agentes donde verdaderamente son necesarios", apunta Martínez.

Un caso paradigmático es la N-332, en el punto kilométrico 151,9 en Benissa, donde al menos 49 personas -los datos que ofrece la DGT se refieren al número de accidentes con personas muertas, pero no precisa el número de víctimas- perecieron cuando circulaban por ese lugar. Martínez explica que se trata de un tramo salpicado con cruces regulados por semáforos, con una elevada densidad de tráfico y, sin embargo, "no se ve ni un solo agente" destinado a ese lugar. Según la AUGC, en la actualidad la plantilla de agentes de tráfico se eleva a 256, una cifra muy similar a la existente hace tres lustros.