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Reportaje:

La 'guerra fría' de Lenovo

El Gobierno de EE UU revisa la compra de ordenadores chinos por temor al espionaje

El Gobierno chino ha acusado esta semana a Estados Unidos de recuperar los hábitos de la guerra fría como consecuencia de la decisión adoptada el mes pasado por el Departamento de Estado de no utilizar ordenadores del fabricante Lenovo en sus redes de información clasificada por miedo a que Pekín los utilice para espiar. Lenovo es la marca de las computadoras facturadas por la compañía estatal china que adquirió la unidad de los ordenadores personales de la multinacional norteamericana IBM.

Washington dio el visto bueno a la compra de ordenadores personales de IBM, uno de los iconos de la sociedad estadounidense

Washington compró 16.000 ordenadores personales a la compañía asiática en marzo, pero ha decidido revisar su uso después de que los congresistas pusieran el grito en el cielo cuando trascendió la noticia. El contencioso se produce en medio de la creciente preocupación estadounidense por el auge económico chino y las acusaciones de que Pekín está intentando obtener tecnología militar y científica de su rival por medio del espionaje.

Lenovo, que es de propiedad estatal, se convirtió en el tercer fabricante de ordenadores del mundo, tras Dell y Hewlett-Packard, al comprar la división de ordenadores personales de IBM en 2004.

"Se trata de una política discriminatoria contra el normal desarrollo del negocio de Lenovo. Refleja una mentalidad de la guerra fría al invocar de forma arbitraria la seguridad nacional como razón. Es una decisión poco inteligente y una violación de los principios del libre comercio", ha asegurado Chong Quan, portavoz del Ministerio de Comercio.

Son los primeros comentarios que ha realizado el Gobierno desde que el pasado 18 de mayo el Departamento de Estado se plegó a las exigencias de la Comisión Económica y de Revisión de la Seguridad entre China y Estados Unidos, un panel de expertos nombrados por el Congreso que analizó el contrato con Lenovo.

El departamento iba a instalar 900 ordenadores en su red de información confidencial tanto dentro de Estados Unidos como en embajadas por todo el mundo, según documentos esgrimidos por el congresista republicano Frank Wolf. "Esto habría tenido graves consecuencias para la seguridad nacional. No es ningún secreto que Estados Unidos es objetivo prioritario de los servicios de inteligencia chinos", dijo.

Los miembros de la comisión aseguran que el uso de los 16.000 PC chinos incluso en las redes de información no clasificada del Departamento de Estado sigue siendo preocupante y han pedido al Gobierno que modifique los procedimientos de compras. "Las comunicaciones informáticas podrían sufrir una infiltración y plantear una amenaza", ha afirmado el demócrata Michael Wessel.

"Habría que eliminar a Lenovo de la lista" de empresas que pueden suministrar tecnología al Gobierno estadounidense, ha añadido Wolf, argumentando también las continuas violaciones de los derechos humanos en China y su política exterior.El fabricante asiático ha negado que sus equipos -que han sido fabricados en las antiguas instalaciones de IBM en Carolina del Norte y México- supongan una amenaza para su cliente.

"Nosotros no instalamos puertas traseras o sistemas de vigilancia en nuestros ordenadores", ha señalado Carol Makovich, portavoz de la compañía. "Damos la bienvenida a cualquier modificación neutral en el proceso de compras que mejore la seguridad de Estados Unidos porque sabemos que podríamos cumplir dichos requisitos".

El conflicto ha levantado ampollas en Pekín, donde los medios de comunicación han salido en apoyo del buque insignia informático chino. El Diario del Pueblo, órgano oficial del Partido Comunista, ha publicado un editorial en el que cita al presidente de Lenovo, Yang Yuanqing. "Yang Yuanqing ha pedido al Gobierno estadounidense que trate de forma justa la competencia entre empresas de todo el mundo, de la misma forma que el Gobierno chino hace con las compañías estadounidenses", afirma. Un argumento que en Washington -que acusa continuamente a Pekín de infringir los derechos de propiedad intelectual y de mantener su moneda artificialmente infravalorada- corre el riesgo de sonar a hueco.

El enemigo, en la cocina

Para la compañía informática, el enfrentamiento ha llegado en mal momento. Un ciudadano taiwanés llamado Ko-Suen Moo se ha declarado culpable en Estados Unidos de espiar para Pekín. El fiscal de Miami le ha acusado de querer exportar ilegalmente componentes de misiles y de aviones a China. Pekín ha negado cualquier implicación.

Con la decisión de prohibir los ordenadores de Lenovo en las redes de seguridad del Departamento de Estado el Congreso pretende evitar que el enemigo se cuele en la cocina. No pudo hacerlo en 2004, cuando, a pesar de la oposición de algunos congresistas, Washington dio el visto bueno a la adquisición de la división de ordenadores personales de IBM, uno de los iconos de la sociedad estadounidense. Pero sí lo logró el año pasado, cuando frenó la compra de la californiana Unocal por parte de la petrolera estatal china Cnooc.

Yuan Yuanqing, presidente del grupo chino Lenovo.
Yuan Yuanqing, presidente del grupo chino Lenovo.KIN CHEUNG

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