"Los ataques eran graduados, casi imperceptibles"
Un ex legionario de Cristo en Cantabria cuenta los abusos del fundador Marcial Maciel
"Debí pasar tres noches para darme cuenta, porque los ataques eran graduados, casi imperceptibles. Estoy cierto de que Maciel era consciente de mi indisposición, y muy a mi pesar continuaba obligándome a darle masajes, eufemismo de masturbaciones". Con esa contundencia describe Alejandro Espinosa los abusos a los que le sometió Marcial Maciel, fundador de los Legionarios de Cristo, en el colegio donde estudiaba en Ontaneda (Cantabria). El Vaticano intenta ahora disminuir el poder de esta congregación, después de que sus correligionarios se hayan mantenido reivindicativos a pesar del anuncio de retirada forzosa del fundador hecha por el Papa.
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