El mal día de Federer
El suizo sufre ante el desconocido Hartfield, 156º del mundo, y critica a la organización por no jugar la segunda ronda hasta el miércoles
Sudó por partida doble. De modales exquisitos y discurso elegante, Roger Federer no suele perder la compostura. En la pista, a lo sumo, cuando Rafael Nadal se convierte en un frontón. Pero siempre agradece el espectáculo y que se le exija más de lo habitual. Pero ayer el suizo, el número uno del mundo, soltó chorretones de sudor por la frente. No sólo por el incómodo viento que arremetía contra la engalanada y atildada pista central de Roland Garros, la Philippe Chartier, o por el desconocido rival que jugó al otro lado de la red, sino que se exasperó por la decisión de los mandamases del torneo parisiense. Una negligencia, consideró él. A su oponente, el argentino Diego Hartfield, número 156 de mundo, lo apeó en dos horas y media con un expresivo 7-5, 7-6 y 6-2. Federer jugó el primer día del campeonato, algo extraño, pero concebible. Su enfado radica en que no disputará la segunda ronda hasta el miércoles, tres días después del partido inicial. Roland Garros empezó ayer -es la primera vez en la historia que el torneo arranca en domingo- y se alargará durante dos semanas. Así lo requieren los contratos televisivos y los organizadores.
Nadal se convertirá en el tenista con más triunfos seguidos en tierra, 54, si gana hoy a Soderling
Sus constantes peticiones de no empezar el día de apertura cayeron en saco roto. "Se lo dije a todo el mundo, pero no me hicieron ni caso", rezongó Federer; "esto es el Grand Slam, donde no te escuchan como en otros torneos". Y prosiguió en su airado lamento: "Ahora juego el miércoles. No recuerdo cuando empecé un torneo el lunes y jugué la siguiente ronda el jueves. Es ilógico porque pierdes ritmo".
Tommy Robredo, reciente ganador del Masters Series de Hamburgo, quien apeó ayer al checo Tomas Zib (6-4, 6-2 y 6-2), se posicionó del lado del suizo: "Creo que esta planificación es un poco injusta porque estos dos días tendré que entrenarme a tope. Si mi partido hubiese durado cinco sets, aún, porque descansaría. Pero ha durado tres. Será como empezar el torneo de nuevo".
Ya más calmado, Federer se centró en el duro partido con Hartfield, ante el que se mostró muy irregular y llegó a cometer 49 errores no forzados. "Ha sido un encuentro complicado porque sólo supe ayer contra quien iba a jugar -el francés Arnaud Clemment se retiró por una lesión muscular- y vi a Hartfield por primera vez cinco minutos antes de empezar el partido. Así no es fácil jugar contra nadie", convino aún con cara de pocos amigos. El suizo admitió que el partido se le complicó y que intentó controlar los nervios: "No tuve un buen principio, pero intenté no caer en el pánico. Eso habría sido lo peor, ya que los dos primeros sets habrían estado en peligro. Afortunadamente, eso no sucedió". Pero concedió: "Mi rival ha jugado bien. Ha corrido mucho. Me ha impresionado bastante".
Hartfield jugó ayer su primer partido en un torneo de la ATP y, pese a la derrota, se fue feliz: "Recordaré este partido toda mi vida. Hay dos tipos de partidos: los que puedes ganar y los que tienes que disfrutar. Y yo sólo he intentado hacer esto último".
Tras haber arrollado en todas las superficies, la tierra batida de Roland Garros es la única que se le resiste a Federer. "He ganado los últimos tres grand slam [Wimbledon, Open de Estados Unidos y Open de Australia] y todo el mundo espera de mí un resultado extraordinario, al menos la semifinal o la final", admitió el número uno.
El mismo resultado espera alcanzar Nadal, quien comienza hoy su defensa del título ante el sueco Robin Soderling, el 50º del mundo. De vencer, se convertirá en el tenista con más victorias consecutivas sobre tierra batida, 54, batiendo el récord que estableció el argentino Guillermo Vilas en 1977. Hoy también debutarán Ferrero, contra el argentino Martín del Potro; Almagro, frente al australiano Arthurs; López, ante el checo Berdych, y Montañés en oposición al norteamericano Ginepri. La duda es el estadounidense Andy Roddick, el número cinco, que no sabe si se habrá recuperado de su lesión en el tobillo. Alberto Martín aguarda su resolución.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.