Orgullo 'friki'
No sé si los organizadores del Día del Orgullo Friki han logrado que su manifestación del jueves saliera en algún telediario, como era su intención, pero lo hubieran merecido porque los frikis no sólo se alimentan de pantallas en todos sus formatos posibles y son los mejores clientes de la televisión, sino que el colectivo español friki, desde la clandestinidad y la enorme confusión terminológica, va camino de convertirse en un referente global del fenómeno, como en su tiempo fue la movida de Madrid, la movideña.
La principal aportación de este primer Día del Orgullo Friki, aunque fuera ninguneado por los telediarios, ha sido una importante contribución lingüística sobre la que deberían reflexionar los miembros de la Academia en general y los columnistas en particular. Porque desde el 25 de mayo ya no es posible por más tiempo utilizar la voz "friki"como hasta ahora, sin ton ni son, confundiéndola con la telebasura rosa o amarilla , siempre como insulto y cajón de sastre de la actual cultura de masas juvenil que "no se entiende". Basta leer atentamente su manifiesto (www.ozu.es), muy al estilo de los provocadores manifiestos futuristas de principios de siglo pasado, para que todo esté claro. A los frikis les gusta mucho la tele y sin complejos de ningún tipo, formato o género, en plan tío Warhol, y son teléfilos tan empedernidos como fuimos los cinéfilos. Ahora bien, en el hit-parade de sus manías hay muy pocos programas de nuestras parrillas que les vuelvan locos, como sí ocurrió con Crónicas marcianas. Sus fetiches no son Salsa rosa, el Tomate o el Diario de Patricia (por Dios, Tolkien y el santo espíritu del Jedi), sino la espada de Skywalker, la física de Star Trek, el escudo del Capitán América, la máscara de Darth Vader o las gafas negras del Agente Smith, de Matrix. A ver si se acaban las bromas despistadas o malintencionadas con los frikis españoles porque de las actuales parrillas sólo vindican Los Simpson, Buffy cazavampiros, los dibujos manga, Smallville y, como mucho, Perdidos. Un respeto y no confundamos.
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