Duquesas sin fronteras
Aunque Madrid está provisto de duquesas, condesas, marquesas (también hay marquesinas callejeras) y otras damas de alta alcurnia, aquí hay muy pocas baronesas. Pero es precisamente una de ellas, la baronesa Thyssen-Bornemisza, quien se arremanga, le planta cara al alcalde y amenaza con encadenarse a un árbol para impedir el arboricidio galopante que padecemos. Carmen Cervera ha logrado así una moratoria para el proyecto de reforma del eje Recoletos-Prado. Esta actitud está creando expectación. Muchas señoras de la nobleza se plantean salir del armario para cantarle las cuarenta a quien sea, liderar revueltas populares y ser aclamadas por las masas. Las plataformas contra los parquímetros, que se extienden como la pólvora, utilizan la efigie o el disfraz de baronesa en sus protestas contra la autoridad.
Conozco a una señora noble, culta, entrañable y simpática hasta la carcajada, que sopesa la posibilidad de incrementar su escasa fortuna cobrando por llevar pancarta en manifestaciones razonables. Los organizadores de actos consideran seriamente la rentabilidad que puede suponer para la causa incluir siempre a una señorona en sus proyectos reivindicativos. La verdad es que, en más de medio siglo de manifestaciones, las señoras con título nobiliario siempre han estado muy activas. Eso sí, de forma privada y discreta, casi clandestina.
Es curioso que, también en estos días, la cantante estadounidense Joan Baez, duquesa del folk, se haya subido a un árbol de Los Ángeles para evitar la demolición de un jardín agrícola trabajado por agricultores en su mayoría hispanos. Quien fue una de las voces más populares contra la guerra del Vietnam y, en la actualidad, contra la guerra de Irak, lucha también contra los depredadores del medio ambiente. A lo mejor es que los enemigos los tenemos entre nosotros y ya no hay que mirar hacia otro país para denunciar el salvajismo.
También hay polémica por algo muy relacionado con todo esto. El cantante Sting va a dar un concierto multitudinario el 1 de julio en un lugar protegido de Gredos. Tal como van las cosas, bien pudiera ser que en esa fecha hubiera multitud de duquesas viviendo en la copa de los árboles de esa sierra: las duquesas sin fronteras. Vale.
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