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Reportaje:

La mujer gitana mira al futuro

Medio centenar de gitanas se reúnen para promover la importancia de la educación en la emancipación del colectivo

Emilia Clavería es, a sus 66 años, la presidenta de la asociación gitana de mujeres Drom Kotar Mestipen (Camino de Libertad, en lengua caló). Se declara analfabeta y es una de las mayores defensoras del derecho de las mujeres gitanas "a estar preparadas para el futuro", lo que para ella significa "que vayan a la universidad, que sean jueces, abogadas, médicos". Para Clavería, ésta es "la única vía posible para conseguir la igualdad".

Con la intención de promover la educación secundaria y universitaria entre las jóvenes gitanas, se celebró ayer en el CEIP Josep Maria Jujol del barrio de Gràcia de Barcelona el 8º Encuentro de Estudiantes Gitanas. Una cincuentena de mujeres de esta etnia participaron en dos mesas redondas y grupos de trabajo ebn los que compartieron experiencias personales y debatieron sobre la importancia de la educación para mejorar la situación de este colectivo.

"La vida evoluciona y no os podéis quedar atrás", aconsejó Clavería a las adolescentes. "Cuando yo era joven, no necesitábamos tantas cosas, pero si no estáis bien preparadas, en 10 años lo vais a tener fatal". Clavería insistió en que "hay tiempo para todo", para casarse, para tener hijos, "incluso para hartarse del marido", pero que lo primero es formarse.

El consejo de la granadina Paqui Cortés fue parecido. Es licenciada en Derecho y la primera gitana que estudió más allá de la secundaria en su familia. "Para mis padres fue un gran orgullo," comentó Cortés. "Ellos siempre me apoyaron cuando decidí continuar estudiando". No reaccionaron igual otros familiares y conocidos de su etnia, quienes consideraron que se estaba "apayando". Cortés rechaza duramente esta opinión: "¿Es que ser gitano significa ser tonto o inculto?".

Según su opinión, uno de los rasgos más característicos de la etnia gitana es "ser libre", pero para conseguirlo "hay que conocer y aprender". "La cultura gitana no es la cultura de la pobreza o del no saber, es una cultura rica y libre", defendió Cortés. Criticó también duramente la situación de las mujeres de su colectivo: "Nos hemos quedado muy atrás. Llevamos un retraso de 20 o 30 años, y está en manos de las jóvenes solucionarlo".

Esther Carmona también fue la primera de su familia que estudió en la universidad. El junio será profesora y decidió cursar esta carrera por su abuelo. Sentía "una gran tristeza" cada vez que tenía que recurrir a la nieta para que le firmara algún papel. "Quiero que mi pueblo avance", dijo Carmona.

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Otra de las ponentes de la mesa de experiencias personales fue Tatiana Font, de 24 años. Es asistente social y trabaja como mediadora cultural. Font valoró la celebración de este encuentro, ya que permite "conocer gitanas de otros sitios y comentar experiencias entre nosotras". Al colegio de Gràcia asistieron mujeres del barrio, de la Mina y de San Cosme, entre otros. Desde la mesa, Font animó a las asistentes a "hablar sin tabúes" y mostró su inquietud por cómo transmitir a las generaciones jóvenes la importancia de la formación secundaria y universitaria para las mujeres gitanas.

Entre el público estaban tres de las nietas de Clavería, de entre 10 y 12 años, adolescentes que han creado la emisora de radio a través de Internet Voces Gitanas y algunas madres y abuelas. Según Clavería, éstas son en gran parte las "culpables" de la mala situación, aunque también admite: "Hoy en día, el estudiar es más una cuestión de pereza que de tradición".

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