Una tuneladora excavará desde agosto la conexión del metro a la T-4 de Barajas

La misma tuneladora que perforó el túnel de la línea 3 de metro a Villaverde, bautizada con el nombre de Guster, excavará a partir de agosto la mitad de los 2,5 kilómetros que tendrá el subterráneo por el que discurrirá el suburbano hasta la terminal 4 del aeropuerto de Barajas. Ayer comenzaron los trabajos de preparación de los terrenos, con la presencia de la presidenta regional, Esperanza Aguirre, que recordó su promesa de inaugurar esta línea del suburbano en mayo de 2007. El diputado socialista José Quintana acusó al Gobierno regional de triplicar los costes de la obra, al ceder a empresas privadas su construcción, que será financiada con una subida en el precio del billete sencillo.

Según Aguirre, el billete del metro al aeropuerto será el "más barato del mundo", pese a que cueste 25 céntimos por encima del billete sencillo (un euro), que deberán abonar todos los usuarios, salvo los titulares de abono transportes y los trabajadores del aeropuerto, que contarán con un pase especial.

Una unión temporal de empresas formada por Fomento de Construcciones y Contratas y Cajamadrid se hará cargo de las obras y la explotación de esta prolongación de la línea 8 durante 20 años a cambio de 45 millones de euros, financiados con el sobrecoste en el precio del billete. La Consejería de Transportes e Infraestructuras calcula que en los próximos dos decenios la línea tendrá unos 80 millones de viajeros.

Polémica con el Gobierno

El metro al aeropuerto de Barajas fue motivo de polémica entre la Comunidad de Madrid y el Ministerio de Fomento, porque el Ejecutivo de Aguirre se negó a construir esta prolongación de la línea con la justificación de que era una competencia del Gobierno central. Eso provocó que en enero pasado fuera inaugurada la terminal 4 sin suburbano.

El ministerio que dirige Magdalena Álvarez argumentó que la Comunidad de Madrid es la única Administración que ha construido hasta ahora el metro y, al mismo tiempo, se comprometió a conectar la estación de Chamartín con el aeropuerto a través del tren de Cercanías. Al final, el Gobierno de Aguirre accedió a construir el metro a la terminal.

"Me gustaría que la celeridad con la que la Comunidad ha emprendido estas obras, se correspondiera con las obras que le competen al ministerio", afirmó ayer la presidenta regional, que recordó que la estación de tren está finalizada desde que se construyó la terminal 4. "Sin embargo, está todavía, al parecer, en la fase de información pública y de estudios previos, cuando es su obligación comunicar las infraestructuras estatales con todos los medios de transporte", agregó Aguirre.

Desde las filas del PSOE, el diputado José Quintana criticó que la conexión con la terminal 4 vaya a "triplicar los costes, sin que suponga una mejora para el servicio" y acusó al Gobierno regional de haber retrasado sin justificación los trabajos. "Ha ralentizado una obra imprescindible para los usuarios, unos 25 millones de usuarios anuales, y alrededor de 8.000 trabajadores de la T-4 y, en general, para el desarrollo de la Comunidad de Madrid, simplemente por enzarzarse en ridículos desencuentros con el Gobierno de España buscando votos donde no los tiene", aseguró Quintana.

Dudosa legitimidad

Según el diputado socialista, es además dudosa la legitimidad de ceder la explotación de la línea de metro a compañías privadas, cuando el "85% del coste proviene de fondos de la Unión Europea".

También llegaron críticas desde el sindicato CC OO, que destacó que la inversión en esta obra "no justifica la necesidad de intervención privada, al tratarse de sólo el 1,6% aproximadamente" del plan de ampliación de metro previsto para esta legislatura, informa Europa Press. "No resulta viable adjudicar la explotación de un tramo de metro con una única estación a alguien ajeno a Metro de Madrid", agregó el sindicato.

CC OO recordó que la ampliación de la línea 9 de metro de Arganda del Rey, que utilizó el mismo sistema de concesión, "ha evidenciado" un coste "muy superior" a la iniciativa pública. "La constructora que forma parte del concesionario de la T-4 también participó en la de Arganda, lo que no parece la mejor garantía cuando están por determinar los riesgos que supusieron las deficiencias en su construcción", añadió.