Más tierra para los israelíes, menos para los árabes

Mientras el presidente palestino -ninguneado por Israel- se afana por persuadir al movimiento islamista radical Hamás para que reconozca a Israel en las fronteras de 1967, dirigentes israelíes anuncian nuevos desprecios a esos límites que Naciones Unidas fijó tras la guerra en la que el Estado sionista se apoderó por la fuerza de Cisjordania, Gaza, Jerusalén Este, el Sinaí y la meseta del Golán.

Si el primer ministro israelí, Ehud Olmert, ya ha asegurado que los grandes bloques de asentamientos en la Cisjordania ocupada -Maale Adumim, Ariel y Gush Etzión- nunca serán devueltos, uno de sus diputados y colaborador, Otniel Schneller, añadió ayer que la colonia que habitan 500 colonos radicales en el centro de Hebrón, rodeados de 170.000 palestinos, tampoco será evacuada. "Esperamos al Mesías", "Muerte a los árabes", se lee en las puertas de comercios palestinos cerrados desde hace cinco años en una zona plagada de controles militares y algunos observadores europeos.

"Buscaremos fórmulas creativas", dijo Schneller, ex secretario general en los años ochenta del radical Consejo Yesha, que agrupa a los colonos de Cisjordania.

Es la primera vez que un dirigente alude a que el asentamiento del centro de Hebrón y el muy cercano de Kiryat Arba, al que se uniría territorialmente el primero, permanecerán en manos de Israel. Y no es aventurado pronosticar que no hay creatividad posible que satisfaga a los habitantes de Hebrón, que en las elecciones de enero de 2005 otorgaron los nueve escaños en juego a Hamás.

Tibio apoyo de EE UU

El domingo pasado, precisamente cuando Olmert partía hacia Washington -desde donde regresó ayer tras recabar un tibio apoyo a su propuesta de fijar los límites de su país a su antojo si fracasan las negociaciones prometidas con Mahmud Abbas-, ya anunció el ministro de Defensa, Amir Peretz, que cuatro colonias serán ampliadas. Nada hace prever que ese diálogo pueda dar frutos. "En unos pocos meses, cuando todos descubran, para su horror, que Olmert no desea negociar, será posible embarcarse en un camino nuevo... Bush dejó claro que los planes de Olmert no contradicen su visión", escribía ayer en Haaretz el analista Shmuel Rosner.

De hecho, en abril de 2004, el jefe de la Casa Blanca remitió una carta al entonces jefe del Ejecutivo, Ariel Sharon, en la que reconocía que se había creado una nueva realidad demográfica que habría que tener en cuenta. Una realidad hecha a golpe de colonias que no dejan de ampliarse.