"No tengo sucesor"

A las cinco y tres minutos, 180 segundos después de lo previsto, Diego Armando Maradona, descendió las escaleras que corren paralelas a la cascada de la piscina del hotel Mirasierra Suite, en Madrid, para anunciar su compromiso contractual con la cadena televisiva Cuatro y la cadena SER como comentarista exclusivo del Mundial de Alemania. Tras el genio argentino, un prudente séquito de ayudantes. Frente a él, guardando a duras penas el equilibrio, una compacta masa de fotógrafos y cámaras caminando como cangrejos, hacía atrás. A uno de los lados del cortejo, unos niños que celebraban una comunión aprovechaban para abrir con asombro la boca y pedir autógrafos. Qué suerte.

Vestido con unos vaqueros y una camiseta negra, el ex futbolista, de 45 años, se sentó en una mesita junto a Elena Sánchez, directora de contenidos de Cuatro, y Paco González, presentador de Maracana 06 y del Carrusel deportivo de la cadena SER. Y comenzaron a llover las preguntas. Cuestiones de fútbol. Pero también de televisión. Y de su accidentada biografía. Y bromas de los más diversos programas.

"No tengo sucesor, aunque Ronaldinho es el que más se acerca por la alegría con la que juega", comentó el ex futbolista, que repasó algunos aspectos generales del próximo campeonato Mundial. Además de al brasileño del Barcelona, citó a Zidane, a Messi y a Ronaldo como las estrellas más llamativas del torneo y comentó que hay que "agradecerles su juego" mirándoles por televisión. "Espero que Ronaldinho, al que aprecio, le deje a Messi ser el mejor del Mundial". Sobre los equipos, Maradona, participante en cuatro Copas del Mundo y ganador de dos de ellas, confesó que piensa que "Brasil está un escalón por encima de equipos como Argentina, Alemania, Holanda o Italia". Sobre las posibilidades de España recurrió a una cierta diplomacia: "Es una selección con hambre, con buenos jugadores y malas experiencias previas. Si queda entre las cuatro mejores ya está bien". Nada, desde luego, de las posibilidades de victoria del grupo de Aragonés.

Maradona, precisamente, comentará los encuentros de España, entre otros partidos, en las retransmisiones de Cuatro y en las de la cadena SER.

Pero ya ayer, algunas de las cuestiones hicieron referencia a sus problemas con las drogas, con su delicada salud o su reciente operación de reducción de estómago. "Llevo dos años y algo sin consumir drogas, pero siempre hay que ser prudente con ese tema. Ahora, si salimos del hotel, encontramos en la esquina a un tipo vendiendo cocaína es un problema grave", comentó con entonación circunspecta. El fichaje de Cuatro negó que superase sus adicciones gracias a creencias religiosas o "curanderos" y aseguró que sus "unicos dioses" fueron sus hijas. Maradona, que se felicitó por la "memoria" de su cuerpo, que a pesar de haber bajado de 124 a 76 kilos no tiene "ningún trozo de piel colgando porque el cuerpo me paga ahora que me pasé toda la vida corriendo". El ex jugador aún no puede comer con normalidad: "principalmente tomo sopa y pollo, pero la carne de vaca aún no la puedo digerir. En general, como mejor que antes", reveló.

Maradona, nominado a varios premios por sus emisiones en Argentina, calificó su trabajo televisivo de "reto personal", aunque recordó: "El fútbol es lo mío". El verdadero propósito a medio plazo de uno de los mejores futbolistas de la historia, es dirigir como entrenador a la selección de su país. "Eso sería la frutilla que adorna el postre", explicó.

Maradona llegó ayer a mediodía a Madrid. Comió junto a algunos directivos de Cuatro, se duchó y se presentó ante los medios. Tenía un dedo entablillado. "Me lo rompí jugando en Colombia un encuentro de fútbol sala". "

Yo ahora estoy para estos partidillos, no para disputar un Mundial de verdad, aunque hayan firmado muchos argentinos para que me convoquen", comentó en referencia a una recogida de firmas que llegaron a la cifra de 30.000 para solicitar a José Pekerman que reclutase al genio bonaerense. "Todas las firmas fueron de mi familia", bromeó el ex jugador, que también tuvo tiempo para mostrar algunas de sus convicciones políticas: "No soporto a George Bush, el presidente de Estados Unidos, para mí, es un asesino".