Una mujer declara que ahogó a sus dos hijos porque sufría "miedos"
El informe de los forenses aclarará si la acusada tenía alteradas sus facultades
María Rosa Martín Adillón declaró ayer en la Audiencia de Barcelona que en 2005 mató a sus dos hijos, de ocho meses y dos año y medio, ahogándolos en la bañera porque sufría "miedos inexplicables", aunque no concretó de dónde procedían ni por qué motivos. La mujer reconoció ante el fiscal que los niños estaban bien de salud, que la relación con su marido y su familia era buena y que ambos amaban a sus hijos.
La mujer empezó a ser juzgada por un tribunal popular y afronta una petición del fiscal de 36 años de prisión por dos delitos de asesinato. La defensa admite el doble homicidio y pide cinco años de cárcel por entender que se encontraba en un estado "casi de enajenación de sus capacidades". El fiscal niega esta circunstancia atenuante; admite que la acusada sufría un trastorno antisocial límite, pero entiende que no afectaba a sus capacidades.
Tras ahogar a sus dos hijos en el domicilio familiar, el 4 de junio del año pasado, día que cumplía 35 años, la mujer se arrojó al vacío desde una séptima planta, pero las cuerdas de los tendederos del patio de luces impidieron el suicidio.
Previamente, llamó a su ex marido, que se encontraba conduciendo, para que guardase los recibos de los peajes de la autopista y no se le pudiera acusar del infanticidio. También telefoneó al 091 para advertir a la policía de que acababa de matar a sus hijos.
El ex marido testificó que la perdonaba por el daño que le había causado, pero no por la muerte de los niños. El hombre empezó ejerciendo la acusación particular en el caso y acabó renunciando. La mujer también explicó en su declaración que a los 17 años ya intentó suicidarse cortándose las venas, pero el ex marido testificó que desconocía ese incidente.
Así las cosas, la declaración de los peritos prevista para hoy resultará determinante para decantar la balanza sobre la culpabilidad o inocencia de la acusada entre los siete hombres y las dos mujeres que componen el jurado. Uno de ellos, intentando comprender el móvil del doble crimen, preguntó por más detalles a la mujer, pero tampoco despejó las dudas sobre el caso. Y es que la pareja trabajaba en la misma empresa y allí también tenían una relación cordial.
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