Las Dixie Chicks vuelven sin remordimientos

Hasta que a las Dixie Chicks se les ocurrió criticar a Bush en vísperas de la invasión de Irak en 2003, esta banda de Dallas era simplemente el grupo de música country más rentable de los últimos años. Pero tras atreverse a decir en un concierto en Londres "estamos avergonzadas de que Bush sea de Tejas", su vida personal y musical dio un vuelco. Y el resultado del largo viaje al que les transportó aquella crítica llegó ayer a las tiendas de música bajo el título Taking the long way. Tras aquel ataque contra Bush -mucho más inocuo y moderado del de otros artistas estadounidenses- las emisoras de radio fueron bombardeadas con llamadas solicitando que no se emitiera su entonces recién editado disco, Home, y Natalie Maines, la cantante principal, recibió amenazas de muerte que la obligaron a mudarse de Dallas a Los Ángeles.

Aunque pidieron disculpas "por haber ofendido al presidente", las Dixie Chicks no se retractaron respecto a su oposición a la guerra de Irak y su nuevo álbum, del que han escrito todas las letras, es su declaración de principios al respecto. No atacan al presidente directamente pero critican la intolerancia de la que ellas han sido víctimas, la falta de ética política y defienden lo que ellas llaman el incidente. "No estoy lista para echarme atrás. Sigo estando cabreada", dice su primer single, Not ready to make nice. Las tejanas han creado expectación: el lunes su disco estaba en el número 5 de los más solicitados en las preventas de Amazon.com.