La envidia del alcalde de Sevilla
Qué envidia habrá sentido el alcalde de Sevilla, el socialista Alfredo Sánchez Monteseirín, al conocer el respaldo explícito que le ha dado la ejecutiva federal de su partido a Javier Torres Vela como candidato en Granada. El secretario de Política Municipal, Álvaro Cuesta, lo ha puesto de manifiesto durante su visita a la ciudad, lanzándose de forma oficiosa ya la candidatura del que fuera presidente del Parlamento andaluz. En el caso de Sánchez, éste tendrá que esperar un poco, aunque no mucho si se tiene en cuenta que los planes de su partido en Andalucía pasan por adelantar el calendario y definir a los candidatos antes de la llegada del verano, para el caso de las ciudades en donde no gobiernan y mayores de 50.000 habitantes, y para diciembre, en aquellos enclaves en los que se gobierna como ocurre en Sevilla.
Mientras tanto, no debe inquietarse más allá de lo normal a pesar de la insistencia de algunos en poner en circulación otros posibles candidatos. El propio Monteseirín se muestra curado de espanto. En ocasiones anteriores sucedió lo mismo. Preocupación en su partido por la pobre valoración personal que consigue en los sondeos a las puertas de las elecciones, pero luego los hechos se imponen. Esto es: la alta consideración que tienen los electores de la marca PSOE hace el resto superándose así todas las incertidumbres. Pero el problema está, precisamente, en determinar las causas por las que no llega a rentabilizar personalmente la gestión que se está llevando a cabo en la capital andaluza.
Esas disquisiciones también se ciernen sobre el Partido Popular, que adelantará, igualmente, la nominación de sus candidatos. Están a punto de despejar la incógnita en torno a quien asumirá esta responsabilidad en Sevilla. Lo han intentado con Carlos Herrera, con Soledad Becerril y ahora con el secretario general, Juan Ignacio Zoido, al que han hecho desfilar sospechosamente por las televisiones locales de la ciudad aprovechándose del rebufo del triunfo sevillista en la copa de la UEFA mientras que el actual portavoz en el Ayuntamiento, Jaime Raynaud permanecía escondido y sin apenas protagonismo. Si, finalmente, éste es el escogido, los populares tendrán que ponerle un monumento por la capacidad de aguante que ha demostrado tener. A pesar del desprecio que puede suponer para él que su propio partido se plantee otras opciones antes que la suya, no ha dado pie para la discrepancia ni la critica. Se ha mantenido en su sitio, y puede que, al final, su lealtad sea premiada como corresponde, siendo el candidato a la alcaldía de Sevilla.
También se mueve en un mar de dudas el PSOE en relación con Marbella. Todo hace indicar que el PSOE designará como candidato al actual consejero de Turismo, Paulino Plata. De tanto pensárselo, a lo mejor habría que cambiarle el nombre para pasar a llamarse, más bien, "Paulatino" por las vueltas que le está dando a esta nueva empresa política que tiene por delante. A pesar de todo, el asunto ya parece resuelto. Plata aterrizará en la política local y la Junta perderá a uno de sus mejores consejeros en una operación que, presumiblemente, se cerrará esta semana.
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