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Reportaje:

Grifols refuerza su banco de sangre

El grupo sanitario catalán protagoniza la tercera salida a Bolsa del año en España

A la tercera ha ido la vencida. Tras los intentos fallidos de 2001 y 2004, Grifols, la antigua Probitas Pharma, debutó el miércoles en el parqué a lo champions. El día en que la Bolsa se derrumbó, los títulos del grupo sanitario catalán se anotaron una subida del 15,68% y terminaron la semana con una subida del 18,18%. Es la tercera salida a Bolsa, tras Renta Corporación y Parquesol.

El estreno de Grifols en el mercado se fijó a un precio de 4,4 euros por acción, en la parte alta de la horquilla de precios que notificó la empresa en su día a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), lo que representa valorar la compañía en 937,48 millones de euros.

Grifols ostenta la cuarta posición en el mercado mundial de hemoderivados, que en 2004 se estima que movió 6.100 millones de dólares

En 2004, cuando la entonces Probitas Pharma pospuso sorpresivamente -lo anunció pocas horas antes de que venciera el plazo para hacer público el precio para los inversores institucionales- su salida a Bolsa, el precio estipulado para el pequeño inversor fue de 3,3 euros por título, lo que supuso valorar el grupo en 700 millones.

Pero la compañía ha ganado tamaño en las últimas fechas. "Nuestra situación es excelente y la del mercado de capitales también", explica el vicepresidente financiero de Grifols, Javier Contreras. En 2001, la compañía tuvo que abortar su intento de cotizar a raíz de la crisis bursátil desatada tras el 11-S.

Entre 2004 y 2005, la facturación ha aumentado casi un 15%, el resultado bruto operativo (EBITDA) lo ha hecho en más de un 52% y ha doblado su beneficio neto, hasta los 38 millones de euros. Eso en cuanto a crecimiento orgánico.

Hace dos meses, Grifols se hizo con PlasmaCare, con sede en Cincinnati (Estados Unidos), empresa especializada en la obtención de plasma y cuyos ingresos en 2005 ascendieron a 47 millones de dólares (unos 56 millones de euros). Con la operación, Grifols se convirtió en el segundo mayor recolector -y a su vez proveedor- de plasma del mundo al sumar los 14 centros que PlasmaCare tenía en Estados Unidos al medio centenar con los que ya contaba el grupo catalán en Norteamérica.

Más allá del tamaño, Grifols se aseguró el suministro de plasma, lo que le permite mantener le evolución de su división de biociencia, que genera casi el 70% del negocio del grupo. De ahí el interés que ha despertado la operación pública de venta (OPV) -tercera del año, tras las salidas de Renta Corporación y Parquesol- entre los inversores, pese a que algunos analistas juzgan elevado el precio de 4,4 euros por acción, de acuerdo con el PER (veces que el beneficio está contenido en el precio de la acción).

Títulos con interés

La demanda de títulos en la oferta pública de suscripción (OPS), paso previo a pisar el parqué, ha sido 10 veces superior a los 71 millones de acciones ofertadas. El tramo internacional, al que se dirigía el 75% de la operación, se ha sobresuscrito 12,5 veces.

La directora de relaciones con los inversores de Grifols, Núria Pasqual, explicó que la colocación preferente entre inversores extranjeros obedece a que el mercado de los hemoderivados "es mucho más conocido internacionalmente, entre los fondos americanos y británicos, que en España. Esperamos que poco a poco se dé a conocer entre los inversores minoritarios". Los hemoderivados son proteínas con propiedades terapéuticas obtenidas a partir del plasma humano.

Morgan Stanley diseñó la operación con sólo dos tramos institucionales: uno español, al que se ha dirigido el 25% de la oferta, y uno extranjero, al que se destinó el 75%. La OPV de 2004 se frustró porque no logró cubrir el tramo internacional.

Cataluña es terreno abonado para las empresas familiares, cuyo ADN no tolera la presencia de cuerpos ajenos. Ello da a esta operación un valor añadido, otra dimensión, y quien sabe si encara el preludio de un proceso aperturista. "No es el final de nada, sino el inicio de algo muy importante", resumía el presidente del grupo, Víctor Grifols Roura, segundos antes de que su padre, Víctor Grifols Lucas, uno de los fundadores de la empresa en 1940, protagonizara el simbólico toque de campana (en la foto) en la Bolsa de Barcelona -huérfana ese día de su presidente, Joan Hortalà- para dar inicio a la cotización.

Ninguno de los accionistas actuales venderá sus participaciones, dada la vocación de permanencia, pero su participación se quedará diluida. La familia Grifols, que hoy tiene el 53,8% del capital, se quedará con el 36,1%; Morgan Stanley pasará del 20,7% al 13,9% y Scranton Enterprises (equipo directivo), del 16,3% al 10,9%. El 33% del capital flotará libremente.

Crecer en EE UU

Con los cerca de 300 millones de euros que obtendrá Grifols con la salida a Bolsa, unos 280 se utilizarán para amortizar la emisión de acciones sin derecho a voto suscrita por socios financieros en agosto de 2005. Los 20 millones restantes se destinarán a tirar adelante su plan de negocio, que persigue afianzarse en EE UU, que concentra un tercio del mercado mundial de los hemoderivados y donde Grifols ha invertido más de 300 millones de dólares en los últimos cuatro años, y crecer a través de adquisiciones en equipos de diagnóstico y productos hospitalarios, como soluciones intravenosas.

En 2004, Grifols ostentaba la cuarta posición mundial en el mercado de hemoderivados por volumen de ventas y la tercera posición en capacidad de fraccionamiento de plasma, con 3,6 millones de litros al año.

El mercado se estima que alcanzó los 6.100 millones de dólares en 2004. El 72% del negocio lo generaron tres proteínas: IGIV, albúmina y factor VIII.

Víctor Grifols Lucas, fundador del grupo (izquierda), y su hijo, Víctor Grifols Roura, presidente.
Víctor Grifols Lucas, fundador del grupo (izquierda), y su hijo, Víctor Grifols Roura, presidente.JORDI ROVIRALTA

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