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Guerra cuenta en un libro su paso por el Gobierno con "verdades irrebatibles"

Margot Molina

"Alfonso Guerra siempre tuvo claro que el político en democracia es un actor y debe representar el papel que le toca. El hecho de que él es un buen actor es una de las razones de su éxito como político, aunque le tocó hacer de malo de la película para que otros pudiéramos hacer de buenos". Virgilio Zapatero, rector de la Universidad de Alcalá de Henares, retrató así al ex vicepresidente del Gobierno con quien compartió responsabilidades durante el primer Gobierno socialista. Alfonso Guerra presentó ayer en la Feria del Libro de Sevilla Dejando atrás los vientos. Memorias 1982-1991, una obra editada por Espasa en la que da un repaso a su vida pública durante los nueve años en los que formó parte del Gobierno.

"Cuento lo que he vivido y lo que he visto a través de verdades documentadas, incontestables e irrebatibles; porque la escritura no tiene sentido si no es para contar la verdad. No hay ni un solo adjetivo descalificativo hacia nadie, por lo que si alguien se enfada debo pensar que no le agrada su imagen reflejada en un espejo", aseguró Guerra, presidente de la Comisión Constitucional del Congreso.

"He sido un hombre de partido, soy un hombre de partido, pero ello no ha limitado mi libertad... Hoy la conciencia moral del mundo está agotada, ha perdido capacidad de indignarse ante las injusticias", añadió Guerra, quien hace dos años publicó el primer volumen de sus memorias, Cuando el tiempo nos alcanza, que abarca desde su infancia hasta la llegada al poder en 1982.

El ex presidente del Gobierno aseguró ayer ante el público que abarrotó el salón de la Casa de la Provincia -entre el que se encontraban sus dos hijos y muchos compañeros de partido- que el libro está escrito "sin ayuda de documentalistas, ni archivistas; con mi memoria, que todavía es buena, y los cuadernos de notas en los que siempre he ido dejando mis reflexiones".

Aun así, el político recordó: "Los documentos están todos bien guardados, porque todo lo que cuento tiene un papel detrás". Durante la presentación del libro, que anunció que tendrá una tercera parte, Guerra hizo un repaso de los objetivos que el presidente Felipe González y él se marcaron en el primer almuerzo que compartieron el 3 de diciembre de 1982 cuando se hicieron cargo del Gobierno.

"Me consideraron, tanto en la oposición como dentro del propio PSOE y en algunos medios de comunicación, un radical que era necesario eliminar; pero no me doblegaron, mantuve mis convicciones y al final se ha demostrado que la coherencia recibe su premio", concluyó Guerra haciendo referencia a las muestras de apoyo que recibe.

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Sobre la firma

Margot Molina
Ha desarrollado su carrera en El PAÍS, la mayor parte en la redacción de Andalucía a la que llegó en 1988. Especializada en Cultura, se ha ocupado también de Educación, Sociedad, Viajes y Gastronomía. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. Ha publicado, entre otras, la guía de viajes 'Sevilla de cerca' de Lonely Planet.

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