Navarro demacra al Madrid

El primer partido en el Palau Blaugrana se convirtió en un calvario para un desconocido Real Madrid. El Winterthur Barcelona, del que tiró un sensacional Navarro, no perdonó la errática actuación de su rival. Logró un triunfo disuasorio, de los que marcan el territorio en vista a una eliminatoria al mejor de cinco partidos. Por supuesto, este tipo de series finales suelen ser propicias para los grandes vuelcos pero, de lo visto, se deduce que el Madrid está para pocos alardes. Las bajas de Rakocevic -enfermo-, Gelabale -descartado por Maljkovic- y Hamilton -también enfermo pero al que todavía confía en recuperar para la serie-, lo dejaron en cuadro. Si a ello se añade que Bullock estuvo fuera de foco y aún así estuvo entre los mejores de los suyos, se explica en parte la tremenda facilidad con la que resolvió el Barcelona.

El Madrid empezó bien, atacando con sus pívots. Reyes y Hernández-Sonseca lo hacían todo. Capturaban rebotes en ataque, lanzaban desde media distancia o se acercaban en el momento propicio para recibir asistencias cerca del aro, casi siempre de manos de Bullock. Fue cuando mejor le fue al Madrid, en los primeros minutos en los que el Barça llegó a bostezar de lo dormido que estaba.

El Barcelona pagó los despistes de Fucka, que parecía que estuviera jugando a otro deporte, y la indolencia de sus jugdores, bajo su aro especialmente. Reyes se puso las botas con los rebotes ofensivos. Pero a la que Navarro le cogió el tranquillo al juego, abusó de su marcador, Scales. El alero de Wisconsin se quedó petrificado ante el recital ofensivo de Navarro. 15 de los 26 puntos del primer cuarto los anotó el escolta catalán, del que Maljkovic, ya en el descanso, dijo que se está ganando a pulso un puesto en la NBA. Navarro concluyó su soberbia actuación con 27 puntos, tres rebotes y cinco asistencias.

El Madrid no supo reaccionar a tiempo. El cambio defensivo que ordenó Maljkovic adjudicando a Sonko el marcaje de Navarro no bastó para frenar el arreón del Barça. Además de Navarro, las aportaciones de Grimau y Kakiouzis saliendo desde el banquillo fueron muy superiores a las hojas de servicios de los jugadores que refrescaron el quinteto inicial del Madrid. Entre ellos estuvo el nuevo fichaje, el búlgaro Videnov, que no hace mala pinta, pero que no estaba en la situación idónea para dar algo más de sí, por los escasos días que lleva con sus nuevos compañeros y por las dificultades que entrañaba la situación.

El Madrid llegó a perder por 21 puntos (62-41) entró sin ninguna posibilidad en el último cuarto (69-50). Reaccionó de la mano de Sonko, que anotó nueve puntos de golpe, maquilló el resultado e incluso logró asustar a Ivanovic, que volvió a formar con el quinteto titular cuando el marcador se estrechó más (71-60).

Pero Sonko estaba demasiado solo para que cuajara una reacción tan descomunal como la que necesitaba el Madrid para darle la vuelta a la tortilla. Sólo Reyes y Bullock lo acompañaron, mientras que el resto del equipo hacía aguas por todos empezando por las pérdidas de balón, 16, el doble que el Barcelona. El Madrid necesita recomponerse a toda velocidad si desea tener algo que decir en una serie que decide el que pasa a las semifinales y también el que queda eliminado para disputar el año próximo la Euroliga.