La UE congela los fondos del presidente de Bielorrusia

El cerco de la Unión Europea sobre el presidente de Bielorrusia, Alexandr Lukashenko, y los puntales de su régimen sigue sin dar el resultado apetecido por los Veinticinco, que ayer decidieron aumentar la presión sobre quien la Eurocámara considera "el último dictador de Europa", al decretar la congelación de todos los fondos y recursos económicos suyo y de otras 35 personas. El objetivo es forzar a Lukashenko a democratizar un régimen en el que críticos y discrepantes son perseguidos por la policía y con frecuencia enviados a la cárcel.

Las elecciones presidenciales del pasado 19 de marzo en este país de 9,8 millones de habitantes fueron el detonante de una primera reacción de la Unión. Para los ministros de Exteriores comunitarios, el 83% del apoyo obtenido por Lukashenko en las urnas fue consecuencia de coerciones sobre la oposición, cuyas protestas callejeras contra el procedimiento electoral fueron duramente reprimidas.

El 10 de abril, la Unión acordó negar el visado a una treintena de dirigentes políticos bielorrusos, con Lukashenko al frente de una lista en la que había ministros, líderes parlamentarios, fiscales, jueces, jefes del KGB y otros responsables del pucherazo de marzo.

Los ministros europeos advirtieron en abril que los sancionados serían sometidos a "posibles medidas adicionales", en caso de no haber cambios en el panorama político bielorruso. Y ayer el Consejo hizo realidad su promesa al imponer la "congelación de todos los fondos y recursos económicos de las personas que hayan sido responsables de las violaciones de los estándares electorales internacionales y la represión de la sociedad civil y la oposición democrática".