"Esto te pone los pelos de punta"

"Tiene clase hasta para saludar", dice una seguidora, toda vestida de rojo, y ése parece el único consuelo para los seguidores de Michael Schumacher que se dejan ver en Montmeló. No son legión, pero, en una clara metáfora de lo que sucede en la pista, su presencia es la única que puede rivalizar con la marea azul que todo lo invade. El cielo se ha invertido y Fernando Alonso corre entre nubes. Desde el principio. Desde el mismo momento en que, a una hora y media para que se ajuste el casco en la parrilla de salida, aparece en la pista al volante del Renault Megane Sport del que hace publicidad con el rey Juan Carlos como copiloto.

El rey de la F-1 y el Monarca, que ha llegado al circuito en el autobús de Bernie Ecclestone, el patrón del circo, saludan a la afición y salen dando gas en una segunda vuelta de reconocimiento. Don Juan Carlos aprovecha entonces para interrogar al campéon de la pista. Le pregunta por la velocidad en las curvas, las marchas, los motores V8 y los V10... "Ha demostrado ser un gran aficionado y un gran entendido", afirma después Alonso cuando el Rey ya le ha coronado por vez primera ante su público.

Ajena a la conversación real, la afición calienta motores. "¡Alonso, Alonso, Alonso!", truena el circuito, que, por tercer año consecutivo, bate su récord de asistencia. 131.200 espectadores -342.000, desde el jueves- colorean las gradas, la pelouse y hasta el último centímetro de asfalto o tierra. "El ambiente es magnífico", sostiene Mariano, con su gorra y su polo azul, mientras admira el monoplaza que Ferrari ha expuesto en la Avenida de los Campeones.

Los bólidos echan a rodar y los motores, sumados a los bocinazos, hacen el ambiente ensordecedor. "Soy alonsista porque es español", proclama Nico. Y su sentencia se escucha repetidas veces entre los que visten de azul. Sólo Jean, un septuagenario francés, de Montpellier, se acuerda de Renault. "Soy de Alonso y de Renault", dice elevando su voz entre el tremendo ruido. ¿Y el año que viene? "El año que viene", contesta sin atisbo de duda, "seré de Alonso porque es el mejor". "Me gusta su serenidad, aunque no sea simpático; no le hace falta", razona. Como la mayoría de alonsistas, Jean cambiará de colores cuando el ovetense conduzca un McLaren.

No les mueve un equipo, sino un compatriota que gana carreras. "Me da igual que sea algo antipático y que la fiebre se le haya subido un poco a la cabeza. Le sigo porque es español", dice Sergio. "Pues a mí me cae bien Alonso", tercia Josean, que asiste a su primer gran premio. "Por la tele te enteras mejor de lo que pasa, pero aquí tengo los pelos de punta desde las siete de la mañana", confiesa.