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Crónica:Fútbol | 38ª y última jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

Coro acaba con el drama

Un gol del delantero en el minuto 91 salva al Espanyol, que estuvo virtualmente descendido

Robert Álvarez

La tragedia sobrevoló Montjuïc. Durante casi 13 minutos estuvo el Espanyol virtualmente descendido y además fueron casi los postreros. Era casi perceptible el rumor del llanto de una grada que se llenó como nunca para una verbena que acabó en tragicomedia, a cuenta del gol del Alavés que ponía con un pie y medio en Segunda al Espanyol, al campeón de Copa. Jugó mal Espanyol. Pero tuvo el mérito de que no cejó en su empeño y de que después de estrellar tres balones en los palos, cuando el partido ya concluía, en el primero de los tres minutos de tiempo agregado, Coro enganchó un balón en el área y conectó el chut más importante de su vida, el que le dio la permanencia al Espanyol.

ESPANYOL 1 - REAL SOCIEDAD 0

Espanyol: Iraizoz; Sergio Sánchez (Martín Posse, m. 81), Lopo, Jarque, Domi; Zabaleta, Costa; Luis García, De la Peña (Coro, m. 39), Fredson (Pandiani, m. 51); y Tamudo.

Real Sociedad: Alberto; Rekarte, Labaka, Brechet, Garrido; Xabi Prieto, Garitano, Viáfara, Mark González (Barkero, m. 75); Nihat y Stevanovic (Uranga, m. 65).

Gol: 1-0. M. 91. Coro engancha un balón en el interior del área y marca de tiro raso.

Árbitro: Undiano Mallenco. Amonestó a Garitano, Brechet, Stevanovic y Sergio Sánchez.

Estadio Olímpico de Montjuïc. 48.950 espectadores. De la Peña tuvo que ser relevado en el minuto 39 después de sufrir una lesión de isquiotibiales.

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El partido constituyó un suplicio para el Espanyol, como lo ha sido toda la Liga en la que el título de Copa significó un oasis en un infinito desierto futbolístico. El Espanyol apretó las clavijas e intentó intimidar a la Real iniciando la presión muy arriba. No sacó nada de una táctica que se desvaneció en un santiamén. La Real se permitió el lujo de actuar con tal aplomo que sus jugadores parecía que invitaban a los del Espanyol a que embistieran. A la que sacó un par de balones en vertical y con rapidez, la Real se plantó ante Iraizoz con inusitada facilidad. La desubicación del centro del campo del Espanyol era tan clamorosa como la facilidad con la que Nihat especialmente pero también Viafara le ganaban la espalda a Domi y a los centrales. Un disparo cruzado de Nihat, otro de Viafara, episodios de tembleque de la defensa y la sensación de desorden en una línea media en la que Costa, Zabaleta y Fredson iban siempre a remolque de Garitano, Viafara y Xabi Prieto dibujaron un feo panorama para el Espanyol. No se sabía quien tomaba la manija, si Costa o De la Peña, ni quien se debía ofrecer por los extremos, si Luis García, Fredson o los laterales.

La Real demostró escasa jerarquía en su juego defensivo. Cedió cedió multitud de faltas y córners, acciones de las que el Espanyol obtuvo poco provecho, pero las únicas de las que intentó vivir porque fue incapaz de hacerlo de otra forma, de enlazar dos pases con algún sentido. Sergio Sánchez envió un cabezazo al larguero a la salida de un córner botado por Luis García.

La inquietud tomó definitivamente cuerpo en Montjuïc cuando De la Peña se lesionó a poco para el descanso. Lotina dio entrada a Coro, cuya velocidad le dio alguna chispa al Espanyol. Dos acciones consecutivas de Coro en la frontal le dieron algún brío al ataque. En la segunda estrelló un balón en el palo. Lotina tiró por la calle de enmedio. Dio entrada a Pandiani y retiró a Fredson. Casi toda la artillería estaba en el campo. No había ya táctica que valiera. Todo era cuestión de empuje. Nihat lanzó una falta que sacó astillas del palo. Fue un aviso de la angustia que se cernía sobre Montjuïc. En el minuto 33 de la segunda parte llegó la noticia que cayó como una bomba. Había marcado el Alavés. El Espanyol estaba virtualmente en Segunda. Luis García envió otro balón al palo, el tercero. Tamudo repitió el gesto técnico de su compañero con otro disparo cruzado que pasó cerca del palo. Se acababa el tiempo. Iraizoz tuvo que lucirse aún en una acción ofensiva de la Real. Casi no quedaba esperanza. Hasta que llegó el gol de Coro y lo cambió todo, la tragedia en verbena, el infierno de la segunda en el cielo de otro año en Primera. Pero ya sin Lotina, que anunció su marcha anoche.

Los jugadores del Espanyol se abrazan a Coro tras su gol.
Los jugadores del Espanyol se abrazan a Coro tras su gol.VICENS GIMÉNEZ

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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