Al Qaeda como ideología
El informe parlamentario y el relato oficial de los hechos sobre los atentados de Londres del 7 de julio de 2005 dejan muchas cuestiones sin responder, especialmente para las víctimas. Se ven limitados por informaciones relativas al posterior atentado frustrado del 21 del mismo mes, que están bajo secreto del sumario. Es también extraño que ninguno de ellos vincula los hechos a la participación británica en la invasión y ocupación de Irak. Aun así, son documentos útiles.
Pese a que pocos días antes los servicios de seguridad habían advertido que "británicos y extranjeros pertenecientes a células de Al Qaeda y redes asociadas" estaban presentes en el país, no se esperaban un atentado desde dentro, cometido por personas con nacionalidad británica, y menos aún con actos suicidas. Algunos signos podían haber puesto sobre la pista, especialmente respecto a Mohamed Siddique Kahn y sus viajes a Pakistán, o en relación con otros hechos, pero se les escapó, como pasó con los atentados de Madrid
El informe parlamentario ve tres grados de vinculación entre los objetivos y el liderazgo de Al Qaeda: 1) individuos o redes que tienen conexiones directas con su núcleo; 2) los que están afiliados de modo más flojo, y 3) los que no tienen ningún vínculo con Al Qaeda pero pueden estar inspirados por su ideología. Para el Parlamento, los autores del atentado del 7-J corresponden a este tercer tipo, al que asocian también a los del 11-M en Madrid. En todo caso, a día de hoy, el informe concluye que no hay pruebas que demuestren el apoyo directo de Al Qaeda. Pues algo también terrible, por difícil de contrarrestar, de los atentados de Londres es que se hicieron con poco dinero, y con un plan "engañosamente simple".
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