Maresca, un héroe bajo sospecha
El goleador italiano del Sevilla en la final de Eindhoven está implicado en un caso de fraude
Enzo Maresca tiene 26 años y lleva sólo uno con la camiseta del Sevilla, pero ha sido suficiente para crearse un pequeño imperio. Algo que no consiguió en Italia donde militó en cuatro equipos -Juventus, Bolonia, Piacenza y Fiorentina- sin llegar a convencer a ningún técnico. La prensa italiana lo calificaba de "incomprendido", es decir, el típico jugador que no acaba de convencer a ningún entrenador pese a tener grandes cualidades técnicas. Tampoco consiguió vestir la camiseta de la selección.
En la final de la Copa de la UEFA del pasado miércoles contra el Middlesbrough marcó dos goles y fue elegido mejor jugador. Su cara lo expresaba todo, no podía esconder la alegría ni detrás del sudor. "Es uno de los mejores días de mi vida por lo que se refiere a la profesión y estoy muy contento", afirmó antes de la fiesta.
Sin embargo, la euforia por el título conseguido en Eindhoven duró hasta ayer. Su nombre apareció entre el de los 41 investigados por la fiscalía de Turín en el escándalo que está salpicando al calcio. Maresca está acusado de estar implicado, junto a tres ex compañeros en la Juve -Buffon, Chimenti y Iuliano- en un caso de apuestas ilegales. La fiscalía de Parma lo convocará para declarar en cuanto termine la Liga. Los cuatro jugadores, según la investigación, gestionaban apuestas millonarias -se habla de 500.000 euros por partido a través de tres corredores-.
Maresca llegó a Sevilla en agosto de 2005 por tres millones de euros y un contrato de cuatro temporadas. Es un centrocampista técnico, con pase de gol, predisposición a marcar -ha anotado ocho tantos en 28 partidos disputados en la Liga, convirtiéndose en el máximo goleador de su equipo- y especialista en las jugadas a balón parado. Cualidades que iba buscando el técnico Juande Ramos. Fue Ramón Rodríguez, Monchi, responsable de la gestión deportiva del club, quien le convenció para que fuera el primer italiano en vestir la camiseta del Sevilla. "Veníamos siguiéndolo desde hace un par de años. Es un jugador que respondía a las cualidades que íbamos buscando", explica Monchi. "Su fichaje nos costó mucho trabajo porque estaba en un club
grande y no conocía mucho el Sevilla. Lo conseguimos y acertamos: él no se ha arrepentido y nosotros tampoco".
El mediocampista italiano empezó su carrera deportiva en la Segunda División italiana con la camiseta del Cagliari. Pero lo hizo sentado en el banquillo, porque no jugó ni un solo partido. Corría el año 1998 y Maresca decidió emigrar a Inglaterra, donde jugó un año con el West Bromwich. La Juve se interesó por ese joven talentoso que por aquel entonces tenía 19 años y suscitaba muchas expectativas. Tantas que el club turinés decidió ficharlo. Sin embargo, en el mediocampo juventino no encontró espacio y acabó la temporada sumando una sola presencia como titular.
A partir de ahí su trayectoria futbolística fue un ir y venir. Jugaba una temporada en la Juve y el año siguiente cedido en otros equipos. Así hasta julio de 2005, cuando el Juventus lo rescató del Fiorentina y Maresca se cansó del enésimo desplazamiento. En los planes del técnico juventino, Fabio Capello, no figuraba el nombre de Maresca. Para eso estaban Nedved, Camoranesi, Emerson y Vieira.
Así es como Maresca decidió cambiar de aires y el miércoles se tomó su pequeña revancha, jugando un partido majestuoso y demostrando, una vez más, sus cualidades. Pasó desapercibido en la Juve, pero no en la prensa italiana que el jueves no se cansó de dedicarle piropos. "Triunfa el Sevilla, Maresca Rey de Copas" tituló la Gazzetta dello Sport. "Super Maresca" señaló La Stampa de Turín. Duró sólo un día; ayer ya no había piropos sino acusaciones.
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