El esquivo kipunji

Un mono nuevo, identificado por primera vez en Tanzania hace ahora un año, se ha convertido en un hallazgo doblemente histórico, ya que, además de ser la primera especie de mono de África descrita en 20 años, ha resultado ser el primer género nuevo de monos en 83 años. El equipo internacional que da cuenta de los nuevos análisis que indican lo diferente que es de todos los monos conocidos alerta también sobre el peligro que corre si no se toman medidas urgentes para su conservación. Se estima que sobreviven unos 500 ejemplares, señala la organización Wildlife Conservation Society (WCS).

De pelaje marrón, con la tripa blanquecina y unas particulares crestas y patillas, el animal, de 90 centímetros de longitud, fue visto en las laderas del volcán Rungwe y en la reserva nacional Ndundulu. En la zona es conocido como kipunji, y tiene un grito característico, a medias entre un graznido y un ladrido. Es omnívoro y se alimenta de todo tipo de materia vegetal, así como de invertebrados. Vive en grupos de entre 30 y 36 individuos que se asocian a grupos de otros monos.

Los científicos, que sólo disponían de fotos para analizarlo, lo adscribieron al principio a uno de los dos géneros existentes de mangabeyes. Meses después, un ejemplar resultó muerto en una trampa y sus características físicas han podido ser estudiadas en detalle. También se han realizado estudios de tejidos y de su material genético. Ha sido la combinación de estos estudios la que ha permitido establecer que se trata de un nuevo género.

"El descubrimiento de una nueva especie de primate es un acontecimiento asombroso, pero el descubrimiento de un nuevo género hace de este animal una verdadera celebridad en la conservación", ha dicho Tim Davenport, coordinador del equipo internacional que publica los datos en la edición electrónica de la revista Science.

Ahora el nombre científico provisional de la especie, de hace un año, se ha cambiado por el de Rungwecebus kipunji. La primera palabra, que hace referencia al volcán, es el nuevo género, el primero descrito desde el mono de los pantanos, hace 83 años.

"Yo al principio, cuando vi una foto del animal, era muy escéptico respecto a que fuera totalmente nuevo, porque parecía un mangabeye", ha comentado Eric Sargis, de la Universidad de Yale (Estados Unidos), que ha participado en el estudio. "Pero la apariencia ya ha resultado otras veces desorientadora".

El ADN del mono sugiere que sus primos más cercanos son los babuinos de la sabana, del género Papio, a pesar de que la forma de vida del kipunji, en los árboles de zonas altas, es muy distinta de la de éstos. También son distintos los rasgos de la cara, entre otros. "El descubrimiento refuerza la impresión de que las montañas del sur de Tanzania han tenido un papel importante y hasta hace poco desconocido como refugio para muchas especies que ya se han extinguido en otros lugares", comenta John F. Oates, primatólogo estadounidense que ha formado parte del equipo.

En el estudio del kipunji han participado científicos de Tanzania y de instituciones de Estados Unidos. Todos ellos tienen interés en subrayar que las selvas en las que vive el mono están siendo degradadas rápidamente y que el animal es cazado, como tantos otros, para evitar que se coma las cosechas y por su carne.