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El PP boicotea con una gran bronca la intervención del ministro Alonso en el Congreso

Marín expulsa del hemiciclo al diputado popular Vicente Martínez Pujalte, una medida sin precedentes desde 1977

El Congreso autorizó ayer reforzar con hasta 150 militares el contingente español en Afganistán, aplicando por vez primera la Ley de Defensa Nacional. Pero el debate y la posterior votación quedaron eclipsados por la monumental bronca organizada por el Grupo Popular para boicotear la intervención del ministro de Defensa, José Antonio Alonso, al que responsabiliza de la detención de dos militantes del PP cuando era titular de Interior. El presidente del Congreso, Manuel Marín, expulsó del hemiciclo al diputado del PP Vicente Martínez Pujalte, una medida sin precedentes en la etapa democrática. El PP montó otro escándalo en la Asamblea de Madrid, donde sus diputados se pusieron esposas de plástico.

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Salvo por su espectacularidad, el alboroto no cogió a nadie por sorpresa. Los diputados populares habían sido avisados por la dirección de su grupo y la noticia de lo que preparaban había llegado a oídos del presidente del Congreso y del ministro de Defensa.

Marín intentó conjurar el peligro con un gesto previo de autoridad, la expulsión de Martínez Pujalte, pero luego optó por el tancredismo, consciente de que no podía expulsar a todos los vociferantes y de que su única alternativa era suspender la sesión. Igual hizo Alonso, que leyó el discurso que traía preparado ajeno al barullo que impedía escucharle.

El incidente comenzó cuando finalizaba el debate del punto anterior. Eran poco menos de las tres de la tarde y el titular de Defensa hizo entrada en el hemiciclo. Desde los escaños del PP, todavía semivacíos, empezaron los abucheos.

Martínez Pujalte, gesticulante, se dirigió a Alonso y le espetó: "¡Ministro, dimisión!." En ese momento, Marín le advirtió: "Por favor, le ruego mantenga silencio. Le llamo al orden por primera vez y lamento hacerlo, pero respete al orador".

Acabó el debate sobre la reforma judicial y se reanudaron las voces. "¡Importa mucho la policía!", gritó Martínez Pujalte, según recoge el acta taquigráfica, mientras él y la portavoz adjunta del PP, María Salom, hacían el gesto de cruzar las muñecas como si estuvieran esposados.

Martínez Pujalte vuelve a la carga y se dirige a Alonso: "Señor ministro, que nos detienen". Nueva amonestación de Marín: "Señor Pujalte, le llamo al orden por segunda vez". Replica Pujalte: "Pero no me detiene". El presidente insiste: "Le advierto que si tuviera que llamarle al orden por tercera vez le invitaré a abandonar el hemiciclo". "¡La policía!", se escucha gritar a Pujalte.

En ese instante, Marín anuncia la decisión: "Señor Martínez Pujalte le llamo al orden por tercera vez. Abandone el hemiciclo".

El diputado popular hace gestos con la cabeza de desobedecer la orden e insiste: "Que me detengan". Para entonces, el jaleo en el hemiciclo es ya formidable. Algunos diputados del PP gritan "Que lo detengan".

La baraúnda va en aumento y el portavoz del PP, Eduardo Zaplana pide la palabra. A partir de ahí se entabla una pugna entre Zaplana y Marín. Aquel porfía por hablar y éste le contesta que lo hará "sin ninguna duda", pero sólo cuando se vaya Pujalte.

Pasan unos cuatro minutos sin que el miembro del PP obedezca la orden. El presidente lee el artículo del Reglamento de la Cámara que le faculta para expulsar a un diputado y, aún más, para impedirle asistir a la próxima sesión. Tarjeta roja parlamentaria, que hasta ahora nunca se había sacado en democracia.

El diputado expulsado baja la escalinata en medio de los aplausos y palmadas en el hombro de sus compañeros. Antes de salir, hace una reverencia tan pronunciada como burlesca; primero hacia Alonso y, luego, en dirección a Marín. Mientras se inclina dice unas palabras que no se escuchan desde la tribuna de prensa y que Marín no quiso luego revelar.

Reprobación del presidente

Tras la salida de Pujalte, Zaplana toma por fin la palabra para advertir a Marín de que su grupo no está de acuerdo con la expulsión del diputado y que presentará una propuesta de reprobación del presidente del Congreso. Por la tarde, el escrito ya estaba en el registro de la Cámara.

Por fin, el ministro Alonso sube a la tribuna. La bronca arrecia más que nunca. Gritos de ¡dimisión! ¡fuera! ¡libertad! o ¡fascista!. Entre los que más gritan, el diputado Roberto Soravilla. "Unos mandan detenernos y otros nos echan de aquí", clama Francisco González.

Alonso sólo hace una referencia a la situación que se está viviendo: "Éste es la España que quiere el Partido Popular, la del enfrentamiento descarnado y cainita, la de la manipulación del Parlamento. Se sirven para ello de mentiras y manipulaciones, es su estilo, nada nuevo al respecto".

Los patataleo redoblan. Los insultos y gritos ahogan la voz de Alonso. Pero Marín permanece aparentemente impertérrito, no realiza ni una sola llamada al orden. Fuentes de la Presidencia de la Cámara indicaron más tarde que el Gobierno no deseaba la suspensión del pleno porque el despliegue logístico para el traslado de las tropas a Afganistán estaba ya preparado y la imagen de España se habría resentido.

Zaplana sube a la tribuna y responde a Alonso: "La España que queremos nosotros es la España en la que no se pueda detener ilegalmente a las personas por el hecho de ser militantes de un partido político".

Después de que intervengan todos los portavoces, el ministro tiene derecho a una réplica. Pero Alonso renuncia a intervenir. No quiere reabrir el debate.

Aún así se produce una trifulca final. La diputada del PP Ana Belén Vázquez asegura que un diputado socialista ha realizado "un gesto obsceno, ofensivo y machista". El afectado lo niega y alega que ha sido insultado.

Zaplana, por su parte, pide que se permita votar a Pujalte, "pues la sociedad española no entendería que el ministro responsable de las detenciones ilegales estuviera aquí y no pudiera hacerlo este diputado". Es el sambenito. Para el PP, Alonso ya no es el ministro de Defensa, sino el "responsable de las detenciones ilegales". Como dijo Zaplana, la relación de su grupo con ese ministro "se hace insostenible".

Las tres imágenes, cedidas por CNN +, muestran el momento en que Marín expulsa a Martínez Pujalte, éste abandona su escaño entre aplausos de sus compañeros y hace una reverencia a Alonso.
Las tres imágenes, cedidas por CNN +, muestran el momento en que Marín expulsa a Martínez Pujalte, éste abandona su escaño entre aplausos de sus compañeros y hace una reverencia a Alonso.

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