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El PP reclama a voces en el Congreso la dimisión de Alonso por el 'caso Bono'

Rajoy exige una comisión de investigación y pide al PSOE "que reconozca que mintió"

El PP utilizó ayer la sesión de control del Congreso para pedir, a voces y a coro, la dimisión del actual ministro de Defensa y ex titular de Interior, José Antonio Alonso, por su supuesta responsabilidad en el llamado caso Bono, que ha desembocado en la condena de tres policías por detención ilegal de dos militantes del PP. Por la mañana, su líder, Mariano Rajoy, anunció que va a pedir la creación de una comisión de investigación en el Congreso para depurar "las responsabilidades políticas" de las dos "detenciones ilegales de militantes del PP". Rajoy dijo que esa comisión debe investigar "quién dio la orden de detención y por qué la dio". El líder popular pidió al PSOE "que reconozca que mintió".

El Grupo Popular no pudo formular preguntas sobre la detención de sus dos militantes en la sesión de control de ayer porque, pese a la flexibilización que ha experimentado la interpretación del Reglamento, sólo se permite cambiarlas antes del lunes a mediodía, y la sentencia se conoció poco después. De modo que cambió las preguntas por las voces y nada más empezar la sesión se oyeron gritos de "dimisión, dimisión" acompañados de palmadas rítmicas desde los escaños.

En otro momento, diputados populares corearon "libertad, libertad", y durante la intervención del presidente del Gobierno se oyó un par de veces: "Habla un demócrata", en claro tono de mofa y en referencia al mismo asunto.

Pese a no figurar en el orden del día, Rajoy aprovechó el final de su pregunta a José Luis Rodríguez Zapatero sobre la nacionalización de Repsol en Bolivia para espetarle que lo ocurrido allí "es letal para España y para los intereses de los españoles". Y añadió: "Algo parecido a lo que ha ocurrido con la bochornosa detención, por primera vez en la historia, condenada por los tribunales, de dos militantes" del PP. Zapatero, que había escuchado los gritos de los populares, aprovechó también el final de su respuesta sobre Bolivia para decirle a Rajoy: "Ya hablaremos de dimisiones, pero a ver si tienen memoria para recordar, porque ustedes no practicaron ni una". En ese momento se reprodujeron los pateos y las voces de "Alonso dimisión", mientras aplaudían los socialistas.

Barullo y pateo

Antes, el presidente del Congreso, Manuel Marín, tuvo que intervenir en varias ocasiones para cortar el barullo y llegó a advertir: "O se mantienen las condiciones normales del debate o no continuaremos la sesión. Lo siento, al Parlamento no se viene a patear. Hay que respetarse". Después, cuando Marín dijo: "Tendré que parar el debate...", fue contestado por un diputado popular: "Que venga Constantino [Méndez] a dirigirlo", en referencia al delegado del Gobierno en Madrid que presentó su dimisión el pasado lunes, tras conocerse la sentencia condenatoria de los policías.

El debate sobre la detención de los dos militantes del PP ocupó, por la mañana, buena parte de la reunión del grupo parlamentario de ese partido. Excepcionalmente, acudió Rajoy y anunció a los suyos que ésa será una de las batallas políticas que quiere dar en el Parlamento.

Rajoy argumentó su petición de una comisión de investigación en que el Ejecutivo le haya dado la callada por respuesta a su reclamación de comparecencia del presidente del Gobierno y de destitución de José Antonio Alonso, que era ministro del Interior cuando se produjeron las detenciones. Según Rajoy, "se ha utilizado a las Fuerzas de Seguridad en beneficio de un partido y contra otro partido, que es el principal partido de la oposición". En caso de que la mayoría parlamentaria rechace la comisión de investigación en el Congreso, Rajoy adelantó que "podría ser una idea" formarla en la Asamblea de Madrid, donde el PP tiene mayoría absoluta. En todo caso, pidió al Gobierno que permita crearla en "la sede de la soberanía nacional" porque el asunto es "muy grave".

La gravedad proviene, dijo, de que "es la primera vez desde la aprobación de la Constitución en España que, por criterios puramente políticos, se detiene ilegalmente a los militantes de un partido político". Rajoy acusó a Zapatero de ser "el primer presidente del Gobierno en España que tiene una Administración condenada por violar derechos fundamentales de militantes de un partido político". Y mantuvo que "miembros del Gobierno y responsables muy cualificados del PSOE mintieron" en ese asunto.

Todo ello, en opinión del líder popular, "tendría relevancia cero en un país como Venezuela, pero sería de extremada gravedad en uno como el Reino Unido". Lo que él pretende, según dijo, es que el PSOE y el Gobierno decidan con qué tipo de país quieren que se compare a España, pues este caso es un "termómetro de la calidad de la democracia" española.

Rajoy pidió a los demás grupos parlamentarios que respalden al PP en este caso. "Es verdaderamente sorprendente que partidos que dicen defender la democracia no hayan criticado al Gobierno por una actuación de estas características".

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