Los proveedores dieron la pista del fraude a la inspección

Los primeros avances de la Agencia Tributaria en su investigación de Fórum Filatélico y Afinsa se lograron tras el cruce de los datos sobre los sellos que declaraban como comprados las dos empresas y el importe de los sellos vendidos que justificaba su cadena de proveedores.

Los inspectores de Hacienda recorrieron hacia atrás todos los pasos del negocio de la venta de sellos, todas las sociedades por las que los timbres habían pasado hasta llegar a las empresas sospechosas. En un primer escalón, las últimas empresas proveedoras daban soporte a las cifras oficiales que planteaban ambas empresas. Pero cuando Hacienda interrogaba al proveedor del proveedor o a su anterior escalón, las cifras dejaban de cuadrar. Existía un desfase. Esto permitía a Hacienda apretar las tuercas y comprobar que, finalmente, el último proveedor no podía justificar las ventas de sellos que declaraban como compras las empresas filatélicas Fórum o Afinsa.

Complicidad de terceros

Este proceso requería la complicidad de terceros. Es el caso de uno de los detenidos, Francisco Guijarro, propietario de varias sociedades dedicadas a la compraventa de sellos (Clasificación de Sellos, Francisco Guijarro Lázaro, Guijarro Lázaro) que en los últimos años sirvió de proveedor. La investigación acreditó indicios de que realmente no había vendido sellos a Afinsa por el valor que declaraba. Hacienda, a través de los controles aduaneros extranjeros, también logró acreditar que el valor de las importaciones de sellos, en ocasiones, tampoco se correspondían con el valor que en el final de la cadena se daba al producto filatélico por las sociedades desmanteladas. En suma, el valor de lo exportado en sellos desde distintas sociedades no se correspondía con el valor que se daba a lo importado.

En este sentido, según fuentes conocedoras de esta investigación, ambas sociedades intentaron blindar sus compras a los ojos de Hacienda. Y, así, empezaron a declarar que sus proveedores estaban en el extranjero. Esta operativa tenía una doble ventaja para las sociedades filatélicas investigadas: Hacienda no tenía capacidad para exigir a tales sociedades extranjeras que justificasen los sellos que decían haber comprado las empresas españolas; y en segundo lugar, las supuestas compras realizadas en el extranjero permitían a las empresas españolas justificar las salidas de importantes sumas de dinero que, de ese modo, desaparecían también del control de Hacienda.