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El TSJC denuncia que el 70% de los juzgados están al borde del colapso

Maria Eugènia Alegret exige más personal al Departamento de Justicia

Jesús García Bueno

La justicia es lenta porque no dispone de suficientes recursos: falta personal y eso hace que la mayoría de los órganos judiciales catalanes carguen con un exceso de trabajo. Tanto es así que el 70% de los juzgados bordean el colapso. Ése es el panorama que ayer dibujó la presidenta del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC), Maria Eugènia Alegret, al hacer balance de la actividad del alto tribunal durante 2005. Alegret criticó la política de personal del Departamento de Justicia de la Generalitat: "No podemos decir que esté haciendo una buena gestión".

Según Alegret, para ir por el buen camino y recuperar el tiempo perdido, este año deberían crearse 54 plazas judiciales. Sin embargo, según explicó, sólo hay previstas menos de una cuarta parte de las necesarias: 13. El análisis de la presidenta fue contundente: no se convocan oposiciones, faltan concursos de traslado y no se cubren todas las plazas que quedan vacantes. "Ha sido un año perdido en la mejora del rendimiento y la eficacia del personal".

Demasiados traslados

La movilidad de los jueces es "exagerada": el 40% de toda la plantilla se trasladó durante 2005 y eso mermó el buen funcionamiento de los tribunales. Más aún cuando se van de Cataluña más magistrados de los que llegan. El año pasado, 91 jueces se trasladaron a otras zonas de España y sólo llegaron a Cataluña 66. Alegret mostró su preocupación por esta "tendencia", aunque aseguró no tener una explicación convincente: "Supongo que prefieren estar en otras comunidades autónomas".

Las quejas de la presidenta del TSJC no se quedaron sólo en aspectos cuantitativos. También se refirió a la calidad del empleo. Alegret apuntó que la creciente incorporación de la mujer a la judicatura debe acompañarse de medidas para "conciliar la vida familiar y profesional sin alterar el servicio". Por ese motivo, criticó las guardias de ocho días que efectúan los jueces, lo que resulta "difícil de compatibilizar" con el cuidado de los niños.

Además, las vacantes de funcionarios de la Administración de justicia -que cifró en 1.700- o no se cubren o se cubren con interinos que "no están suficientemente preparados y no tienen experiencia". Entre el colectivo de secretarios judiciales hay, además, el 34% de plazas vacantes. La presidenta denunció que el Ministerio de Justicia tiene "escaso interés" en cubrir dichas plazas.

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La memoria que ayer presentó Alegret indica que en 2005 entraron en el TSJC 1.194.508 casos. Esta cifra supuso un aumento del 3% respecto al año anterior. También creció en 70.000 el número de contenciosos resueltos. Los juzgados de menores fueron los que registraron un crecimiento más espectacular, del 30%. La presidenta apuntó tímidamente una explicación: "Supongo que la sociedad es cada vez más violenta". Sí aseguró que el déficit de plazas de régimen abierto en centros de menores "hace que los casos no se puedan tramitar de forma rápida".

Los juzgados de violencia doméstica registraron el 60% más de casos, hasta alcanzar casi los 12.000. También los juzgados mercantiles experimentaron una fuerte subida. Alegret dijo que Barcelona necesita al menos 10 juzgados de este tipo. Y añadió que sólo se han inaugurado cuatro.

"Es obvio que no se imparte una justicia óptima, pero el resultado es el único posible con los medios de que disponemos", apostilló Alegret. Con todo, las quejas de los ciudadanos ante la Oficina de Atención al Ciudadano disminuyeron. Se registraron 229 protestas, la gran mayoría (85) por demoras en los procesos judiciales. También se interpusieron tres quejas por cuestiones de idioma. En este sentido, Alegret destacó que la mayoría de los recursos civiles (92) están redactados en castellano, frente a apenas 18 que se escribieron en catalán.

Sobre la firma

Jesús García Bueno
Periodista especializado en información judicial. Ha desarrollado su carrera en la redacción de Barcelona, donde ha cubierto escándalos de corrupción y el procés. Licenciado por la UAB, ha sido profesor universitario. Ha colaborado en el programa 'Salvados' y como investigador en el documental '800 metros' de Netflix, sobre los atentados del 17-A.

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