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"Matadme. Tengo un problema", gritó a sus padres de madrugada

Antonio Mena Sanz, de 27 años, soltero, trabajaba como vigilante de seguridad en la empresa Segurisa, perteneciente al grupo Sagital, vinculada a la provisión de personal de conserjería, conductores, seguridad y controladores. Sólo llevaba trabajando desde el pasado 1 de mayo. Prestaba sus servicios en el Canal de Isabel II, según fuentes de la empresa.

Salió de trabajar a las siete de la tarde del pasado viernes y debía incorporarse de nuevo a las siete de la mañana de hoy. El fin de semana lo tenía libre. Ayer por la tarde, sin embargo, nadie en la empresa conocía la muerte del vigilante. "Aquí nadie ha llamado para decir nada", explicó un portavoz de la empresa, sorprendido por la noticia.

A mediodía de ayer, en el domicilio de Antonio Mena Sanz, sus padres, su hermana, su novia y una tía lloraban la muerte del joven. Un cuñado de la víctima hizo de portavoz de la familia para aclarar: "No tenemos nada que decir". Sollozando, el padre, Antonio Mena García, joyero jubilado, se abrió paso entre los familiares: "Entendemos el interés que pueda despertar el caso, pero déjenos llorar la muerte de nuestro hijo. No queremos publicidad, ni periódicos, ni nada. La pena de nuestro hijo la llevamos en el corazón".

La víctima vivía con sus padres y un hermano gemelo que actualmente se encuentra internado en un centro hospitalario por causas que no han sido dadas a conocer.

Todo indica que a Mena las cosas no le iban bien. Fuentes próximas a la investigación afirman que ayer por la noche, estando en su casa, empuñó un arma de fogueo y a voz en grito conminó a sus padres: "Matadme. Tengo un problema". "A las cuatro de la madrugada se marchó y de él nada más se supo hasta que la policía comunicó a sus padres su fallecimiento". Eran las 7.30 de ayer. Los padres fueron los primeros en llegar al Instituto Anatómico Forense. "Llegaron incluso antes que el cadáver", explicó un portavoz. "Dieron los datos del fallecido y se marcharon", matizó el mismo portavoz.

Callado y solitario

Entre sus vecinos del barrio de Argüelles, donde residía, Mena tenía fama de ser un hombre callado, serio y solitario. "Que nosotros sepamos, por aquí no se le ha visto nunca bebido. No fumaba, y que yo sepa no tomaba drogas. Era un chico que parecía muy normal", señaló uno de los vecinos. Para los vecinos del barrio, la muerte del joven es una sorpresa. "Es un día triste, sobre todo por la fecha que es", señalaba una mujer, haciendo referencia al Día de la Madre.

El cadáver de Mena fue trasladado ayer por la tarde hasta el tanatorio de Parcesa, en el término municipal de Alcobendas. Hoy se celebrará el sepelio en el cementerio de La Almudena. Varios familiares y amigos manifestaron anoche que no querían hacer ninguna declaración y abogaron por "dejar que la investigación se encargue de todo".

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