Florentino Pérez regresa al palco y baja al vestuario

Zidane se despidió y el estadio se llenó de pancartas de agradecimiento. Todos los carteles fueron para el genio francés salvo uno. Todos respondían a una manufactura casera, salvo uno que era de origen industrial: el que no hacía mención a Zidane sino que ensalzaba a Florentino Pérez. "Florentino Candidato", ponía, grande y bien contrastado en el primer anfiteatro del fondo norte. Por lo visto ayer, el clima preelectoral se cierne sobre el Bernabéu con vientos de continuismo. Para refrendarlo, el propio Florentino Pérez se presentó en el palco de honor acompañado de su esposa Pitina Sandoval. Aún llegó más lejos: al final del partido bajó al vestuario. Para despedirse de Zidane, quizá.

El presidente dimisionario acudió al estadio por primera vez desde su marcha, el 27 de febrero pasado. Florentino Pérez se acomodó a la izquierda del presidente del Villarreal, Fernando Roig, que a su vez se sentó a la izquierda del actual presidente del Madrid, el octogenario Luis Gómez Montejano. Su presencia en la zona noble de la tribuna fue novedosa porque Pérez no había regresado al campo desde que presentó su dimisión. Al parecer, el sucesor que él mismo señaló, le defraudó profundamente al poco de asumir su antiguo puesto. Perdida su confianza en Martín, el dimisionario se ausentó del palco durante dos meses. Pero Martín fue forzado a dimitir por la directiva leal a Pérez. Puesto Montejano en el cargo, Pérez regresó.

El espectáculo que vio el no fue diferente al que estaba acostumbrado antes de abandonar el cargo. Público revuelto y juego pobre. Las amonestaciones del árbitro hicieron estragos en el Madrid: Sergio Ramos, por expulsión, y Robinho y Pablo García, por quinta amarilla, se perderán el partido de Sevilla, decisivo para conquistar la plaza de acceso directo a la Champions.