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El consumo de cocaína fue la causa principal de la muerte del detenido en Roquetas

Un último informe de aclaración del Instituto de Medicina Legal de Almería sobre la muerte de Juan Martínez Galdeano, el agricultor de 39 años que murió el 24 de julio de 2005 en el cuartel de la Guardia Civil de Roquetas de Mar (Almería) tras ser reducido por nueve agentes, concluye otra vez que el hombre sufrió una "muerte violenta de origen accidental" y que la causa principal del fallecimiento fue "el consumo de cocaína".

Galdeano entró pidiendo ayuda en el cuartel tras un accidente de tráfico sin consecuencias. Los agentes denunciaron que se encontraba en estado de excitación y fue reducido. En la lucha, los agentes le partieron el esternón al fallecido. La acción, en la que se utilizaron aerosoles, una defensa eléctrica y porras, fue grabada en vídeo y los nueve guardias fueron suspendidos y procesados.

Los forenses ya informaron en enero de que, "de no haber existido el consumo previo de cocaína, no se hubiese producido el fallecimiento". El fiscal pidió entonces una ampliación, que ratificó la misma tesis. Finalmente, la Fiscalía solicitó "una aclaración" de esta ampliación para conocer mejor las circunstancias que, junto al consumo previo de cocaína, influyeron en la muerte.

La aclaración, fechada el pasado 28 de abril, insiste en que la muerte tiene su origen en una "arritmia fatal como consecuencia de un delirium agitado por cocaína", según informa Efe. "Se debe partir del hecho de que la causa de la muerte (agente necesario y suficiente para un efecto) es el consumo de cocaína y de la existencia de concausas (agentes necesarios pero no suficientes de forma individual para producir la muerte) que se asociaron a aquella", concluye el escrito.

"Factores concausales"

Sobre la influencia de los llamados "factores concausales [el forcejeo, el calor, el estrés y la obesidad del detenido]", los forenses dicen que resulta muy difícil "asignar un valor cuantitativo a cada factor por separado", pero que produjeron un aumento del estrés y del consumo de oxígeno y una mayor sensibilización del miocardio a la arritmia fatal. El informe dice que el abatimiento y la inmovilización de una víctima de delirio "es una asociación definida como factor de riesgo, pero actualmente no reconocida como causa-efecto".

Los forenses añaden que "el fallecido no necesariamente tendría que encontrarse en situación francamente delirante a su entrada al cuartel" y que el forcejeo y la inmovilización "pueden actuar como elementos desencadenantes". Los forenses tampoco observan huellas de calzado en el cuerpo, pero sí marcas de fuertes presiones.

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