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La semilla de la ópera

LA PUESTA en escena de Murmullos del páramo plantea un reto difícil. El mexicano Sergio Vela lo ha asumido con entusiasmo, uniéndose a quien él considera "uno de los compositores más radicales de la actualidad, una persona que no hace concesiones a las modas y tendencias".

Los ensayos que han tenido lugar en las pasadas semanas en Stuttgart han mantenido en vilo a los participantes. "Al principio me resultaba algo casi inasible", dice el director de escena sobre este encargo. "¿Cómo traducir al hecho escénico algo tan vasto?", se preguntaba. Para hallar la respuesta hace falta ir a los orígenes del género. "Julio Estrada hace una excursión a la prehistoria de la ópera. Es como en el madrigal del siglo XVII, cuando un cantante interpretaba a varios personajes. En este caso varios intérpretes pueden interpretar a un solo personaje".

"El punto de partida está en la versión radiofónica que se hizo de esta ópera en proceso hace catorce años", afirma Vela. "Una experiencia espiritual que contiene en su centro una cierta capacidad lumínica. Se trata de un discurso onírico en un espacio neutro, abstracto, en el que el público queda como hipnotizado".

Estrada explica que ha trabajado "en una nueva concepción de ópera a partir de la idea de los multiespacios sonoros de música y voces". Hay ambientes sonoros pregrabados con la utilización de tecnología muy avanzada. "La ópera será el gran género del siglo XXI", piensa Estrada. "Es el espectáculo del futuro, más allá del cine y del teatro. Es una expresión viva de todas las artes".

Murmullos del páramo, que irá en los próximos meses a teatros de Alemania, México y finalmente a la Bienal de Venecia, es la segunda obra del ciclo Operadhoy, que dirige Xavier Güel. Un programa dedicado a la ópera contemporánea, patrocinada por la Comunidad de Madrid y la Fundación Caja de Madrid. La ópera mexicana es una coproducción del festival Musik der Jahrhunderte de Stuttgart y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

El ciclo continuará el 7 y 8 de julio con la ópera For Samuel Beckett, que el compositor nortemericano Morton Feldman (Nueva York, 1926-Buffalo, 1987) compuso el año de su muerte, como un homenaje al escritor irlandés de quien se celebra este año el centenario de su nacimiento. Se trata de una obra en la que el compositor intentó teatralizar la música, dando al sonido un tratamiento equivalente al que el escritor dio al lenguaje. La dirección escénica en Madrid estará a cargo de Achim Freyer.

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