Los iraníes prefieren un trabajo digno antes que la energía nuclear
El Primero de Mayo en Irán puso de relieve que los trabajadores están más preocupados por su precariedad laboral que por el programa nuclear que tiene a su país en el punto de mira de la comunidad internacional. Incluso en la manifestación oficial, una de las más reivindicativas de los últimos años, los miles de participantes transformaron el eslogan en defensa de la energía atómica que se ha convertido en lema obligado en cualquier acto institucional por otros que reclamaban: "la huelga es nuestro derecho" o "el trabajo fijo es nuestro derecho".
Los trabajadores iraníes protestaron contra la precariedad en el empleo, los salarios sin cobrar de algunas fábricas estatales, y el mensaje fue sin duda recordar al presidente, Mahmud Ahmadineyad, su promesa electoral de mejorar las condiciones de vida de los más desfavorecidos. "No sólo no se han producido mejoras, sino todo lo contrario: no se respetan las leyes laborales y si alguien reclama los derechos de los trabajadores, le meten en prisión", declaró Mansur Hayat Gheibi, uno de los dirigentes del Sindicato de Trabajadores de la Compañía de Autobuses de Teherán y Suburbios.
Decenas de miles de trabajadores se echaron ayer a las calles en otras ciudades de Asia, informa Jose Reinoso. Más de 10.000 personas se manifestaron en Yakarta contra el plan del Gobierno de revisar una ley que, según los empresarios, afecta a la competitividad de la economía indonesia.En Filipinas, las manifestaciones mezclaron demandas económicas con peticiones de dimisión de la presidenta, Gloria Macapagal Arroyo. En Japón, salieron a la calle unas 300.000 personas. En Tailandia, miles de ciudadanos pidieron al Gobierno un incremento del 25% del salario mínimo.
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