"El tamaño de la empresa no marca la diferencia
Metagra es una empresa pequeña, con 83 trabajadores, situada en el corazón de Guipúzcoa, en Bergara. Como muchas empresas vascas, su actividad se centra en el automóvil. Se encuentran a gusto con su dimensión y se esfuerza por hacer un producto de calidad. El pasado marzo, sin previo aviso, recibieron una sorpresa: PSA Citroën les concedió el premio al mejor proveedor mundial por su calidad. Luis María Soto es el director de calidad de Metagra y asegura que no conocía siquiera que existiera este premio. Metagra factura 13 millones de euros, una cifra que ha crecido un 40% en los últimos diez años, y fabrica ejes, tornillos, pernos y otros elementos de fijación. Su plantilla está fundamentalmente formada por maestros industriales, con una media de edad de 42 años. Soto responde a la entrevista en compañía del gerente, José Luis Aguirrezabala.
"Los trabajadores aportan muchas sugerencias y el 99,9% se realizan. Ya se han aplicado más de mil"
Pregunta. ¿Por qué les han premiado?
Respuesta. Somos proveedores de PSA desde hace 22 años. Hemos multiplicado las ventas a este grupo por cuatro en los últimos años, pero no sabíamos ni que existía el premio. Seguramente lo han hecho por la trayectoria en el desarrollo de piezas, la calidad del producto y la aportación de ideas.
P. ¿Cuentan con un departamento de I+D?
R. No hay un departamento específico. Sí que se investiga, pero no hay grandes fórmulas. Intentamos hacer las cosas bien. El producto viene definido por el cliente y aportamos sugerencias para que tenga menor coste y mayor calidad. Luego, en el proceso productivo, somos muy rigurosos. Cuidamos mucho la logística porque creemos que no hay calidad si el producto no llega a tiempo.
P. ¿El mercado del automóvil no les exige demasiado?
R. Hay mucha presión. Es difícil dar satisfacción y exige una reducción constante de costes que no puedes dejar de llevar a efecto. El problema es cómo reducirlos y hacer un producto mejor.
P. En el sector del automóvil se habla mucho de la necesidad de integrar a los pequeños proveedores.
R. Efectivamente. Sin embargo, creemos que el tamaño de Metagra es el óptimo. Nos volcamos en nuestros clientes, que son muy exigentes. Ser considerados uno de los mejores exige un trabajo. Cada dos años preguntamos a nuestros clientes cómo nos ven estratégicamente en el mercado. La mayoría nos dan una calificación muy alta. Trabajamos en función de los intereses del cliente, con una implicación total de las personas. Nuestros trabajadores aportan muchas sugerencias y el 99,9% se realizan. Ya se han aplicado más de mil. El nivel de rotación es muy bajo, la media de antigüedad en la empresa es de 18 años.
P. ¿Están las empresas españolas preparadas para competir igual que las europeas?
R. Tienen las mismas armas porque se trabaja igual. No quiero compararnos con los países emergentes, con los que no se puede competir con los productos estándar porque los jornales son bajos.
P. ¿Esto les obliga a huir del producto básico?
R. Las piezas que fabricamos ahora no se parecen en nada a las de hace cinco años. Tienen más valor añadido. El 70% de las referencias son piezas complejas que permiten satisfacer al cliente y reducir el precio. Se puede hacer.
P. ¿Sus ventas se centran en la exportación?
R. El 80% para clientes como PSA, Mercedes, Valeo, Renault...
P. ¿Qué objetivos se han puesto?
R. El primer objetivo es seguir adelante y dar la vuelta a la tipología de las piezas. No esperamos grandes incrementos de facturación, pero sí esperamos seguir creciendo. Es un sector con muchos intermediarios y todavía nos mantenemos como proveedor diferenciado, peleando directamente con los clientes. No queremos matrimonios impuestos, queremos mantener el protagonismo. Somos pequeños, pero algo ven porque siguen con nosotros. El tamaño no marca la diferencia. Es la forma de hacer las cosas. Solemos decir que Metagra no vende, sino que le compran. Lo hemos logrado gracias a un excelente equipo humano.
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