Uruguay mantiene el tipo

La economía uruguaya continúa su senda de crecimiento. Este año su PIB se elevará un 4,5%, tras el 6,6% registrado en 2005. El Gobierno intenta mantener el crecimiento, a pesar de la caída en la inversión y la desaceleración del comercio y las exportaciones. Los objetivos principales son crecer sin perjudicar el equilibrio fiscal y mantener la inflación controlada.

La inversión extranjera directa, que alcanzó los 323 millones de dólares en 2005, se convertirá en un factor más de desarrollo productivo

La meta de la Administración es reducir la deuda pública desde el actual 70% hasta el 50% del PIB en los próximos cuatro años

Uruguay ha encadenado tres años de bonanza y de estabilidad económica tras superar el derrumbe económico de 2002 generado por la crisis Argentina. Las previsiones indican que este año el país crecerá un 4,5%, tras cerrar el pasado curso con un alza en el PIB del 6,6%. Los motores de este crecimiento, que incluso ha llevado a los más optimistas a elevar sus previsiones al 5%, serán el consumo interno y sectores claves como el comercio y la construcción.

El FMI, el Gobierno y los analistas coinciden en que el crecimiento de Uruguay está siendo "robusto" y que el PIB podría seguir creciendo a buen ritmo durante el próximo lustro si se logra controlar la inflación y el gasto público. Los datos indican que los precios se encuentran de momento bajo control. El IPC uruguayo se elevará un 5,5% este año, después de crecer un 7,6% en 2004 y un 5,9% en 2005.

Cuentas fiscales

Las cuentas fiscales también han mejorado. Este año, el déficit fiscal podría llegar al 5,8% del PIB, más de tres puntos por encima del 2,5% registrado el curso pasado. Sin embargo, el Gobierno ha advertido que estamos ante un gasto coyuntural debido a los pagos adelantados realizados al FMI equivalentes a 630 millones de dólares.

Así, las previsiones de los organismos internacionales y del Ejecutivo señalan que en 2007 se reducirá el desequilibrio fiscal hasta el 2,5% del PIB. La deuda pública también se ha logrado reducir. Tras la crisis de 2002, la deuda superó el 100% del PIB, aunque el año pasado esta cifra se redujo al 70%. La meta de la Administración es reducir este porcentaje al 50% del PIB en los próximos cuatro años, coincidiendo con el fin del Gobierno de Tabaré Vázquez.

Frente a este escenario, los principales riesgos para el crecimiento uruguayo pueden ser la caída de la inversión y la desaceleración del comercio y las exportaciones. En el último informe de la CEPAL se señala que los envíos al exterior se podrían ver perjudicados por la pérdida de la competitividad de la moneda local, que experimentó un descenso del 13,2% frente al dólar hasta octubre del año pasado. Los datos indican que las exportaciones crecieron un 22,7% en 2004 y un 11,6% en 2005, pero que se ralentizarán hasta un 5% durante este año y un 1,1% durante el próximo curso.

Inversión extranjera

La tasa de crecimiento de la inversión en Uruguay se situará por primera vez en este año en un solo dígito, un 6,1%, tras crecer un promedio superior al 20% durante el periodo 2003-2005. De esta manera, la inversión extranjera directa, que llegó a los 323 millones de dólares durante 2005, pasará de ser uno de los grandes motores de crecimiento a convertirse en un factor más de desarrollo productivo. El consumo también experimentará una ralentización, y según las cifras de la CEPAL ha pasado de crecer un 6,6% el año pasado a un 4,1% este año.

Adicionalmente, el litigio con Argentina por la construcción de dos empresas papeleras pueden generar la desaceleración del sector turístico y los transportes. Uruguay ha recibido una inversión conjunta de 1.800 millones de dólares por parte de las empresas Botnia, de Finlandia, y ENCE, de España, para la construcción de estas plantas, un negocio que ha generado una fuerte entrada de capitales, pero desde Argentina se resisten alegando cuestiones medioambientales.