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Centenares de pasajeros, atrapados 45 minutos en un túnel al averiarse un tren del metro

Los viajeros fueron rescatados por un convoy que paró en la vía contigua cerca de Méndez Álvaro

F. Javier Barroso

Centenares de pasajeros de un tren del metro de la línea 6 vivieron ayer por la mañana momentos de pánico y de mucha angustia. El convoy en el que viajaban se averió en el túnel que une las estaciones de Méndez Álvaro y Pacífico, lo que les mantuvo atrapados en los vagones unos 45 minutos. Se vivieron momentos de crisis de nervios y de personas a las que les faltaba el aire para respirar. Al final, la compañía decidió meter otro convoy en sentido contrario para rescatar a los usuarios atrapados. El Samur-Protección Civil trasladó a un hospital a un viajero afectado por crisis de ansiedad.

Mayte Domínguez, auxiliar administrativa, se montó como todas las mañanas en la estación de Plaza Elíptica. El vagón, perteneciente a la serie 5.000, estaba muy vacío, lo que le permitió ir sentada. "Desde el primer momento me di cuenta de que algo estaba mal. Estuvimos 12 minutos parados en Usera, otros 10 en la estación de Legazpi y poco a poco íbamos acumulando retrasos", señaló la afectada. El problema surgió justo cuando el metro se dirigía a Pacífico. Se quedó a unos 300 metros de alcanzar el andén antes de averiarse, según una portavoz de Metro.

El metro quedó parado en medio del túnel. "Hubo mucho desconcierto porque nadie nos explicaba lo que estaba pasando. La gente empezó a sentir miedo. Había alguna mujer embarazada y personas mayores a las que les faltaba el aire. La gente se puso nerviosa y hubo hasta alguna discusión que casi degenera en pelea", añadió Domínguez.

El incidente se volvió cada vez más agobiante, porque el vagón estaba repleto de pasajeros: "Es lógico, porque había muchos viajeros en las estaciones por los retrasos que había acumulado el metro. Estaba a rebosar".

"Ha sido indignante y muy agobiante. No podíamos respirar. Algunas personas han grabado incluso con las cámaras de sus teléfonos cómo estábamos apiñados en un sitio tan pequeño. Hacía mucho calor y ha habido gente que ha estado a punto de desmayarse. Había mucha gente al borde del histerismo", comentó la afectada.

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Los responsables de Metro tan sólo anunciaron dos veces, según la versión de Domínguez, que se había producido una avería en un vagón que circulaba por delante, por lo que rogaban que les disculparan. Tras muchos minutos de "impotencia", se acercó un tren que había ido circulando por el sentido contrario, y se situó en paralelo al convoy averiado. Era de la serie 7.000, según fuentes de Metro. "Nadie nos dijo nada de lo que tenía que hacer. Se abrieron las puertas, que coincidían con las que estábamos nosotros. Unas tres cuartas partes de los pasajeros pasaron al otro lado, pero muchos no nos atrevimos", afirma la auxiliar administrativa.

El problema no era otro que había una distancia de un metro aproximadamente entre un vagón y otro. Eso suponía que algunas personas mayores o que sufrieran de vértigo no se atrevían a pasar de un convoy a otro.

El primero en partir fue el vagón recién llegado, que fue desplazado a la estación de Méndez Álvaro. Allí a nadie se le había ocurrido decir que no entrase más gente en la estación, por lo que hubo problemas entre los que pretendían salir a la calle y los que querían entrar en el metro. "Las escaleras eran como un campo de refugiados, con todo el mundo corriendo para todas las partes, todo el mundo agobiado y nervioso", señaló la pasajera Silvia Valverde a Efe.

La llegada al vestíbulo de Méndez Álvaro no fue nada mejor. Muchas personas quisieron formular reclamaciones u obtener justificantes del retraso para aportarlos en sus empresas. Les fue imposible. Los trabajadores que estaban en la garita de seguridad les explicaron, según Domínguez, que no había hojas de reclamaciones. Eso motivó el enfado de muchísimas personas que, además de llegar tarde a trabajar, no pudieron presentar un escrito oficial que lo justificase.

Una portavoz de Metro explicó que la avería se produjo en el sistema de apertura y cierre de puertas de uno de los vagones. "Las puertas se abrían y se cerraban para que la gente pudiera respirar", añadió esta portavoz. "Se ha tardado más en evacuar a los viajeros del segundo vagón porque se ha tenido que cortar la circulación del sentido contrario..., y eso lleva su tiempo para hacerlo con seguridad".

El director de Operaciones de Metro de Madrid, Aurelio Rojo, pidió "disculpas" a los ciudadanos afectados por la avería. En un comunicado, el responsable de la empresa lamentó los problemas ocasionados a los usuarios, al tiempo que subraya que "en ningún momento" hubo peligro para los viajeros del tren. Rojo expresó también su "comprensión" ante el nerviosismo experimentado por las personas afectadas y señala que Metro de Madrid está trabajando "para mejorar la calidad del servicio y que no se vuelvan a producir incidencias como las de hoy [por ayer]".

El directivo de Metro reiteró su compromiso de mejorar "la manera de atender los problemas y averías que se producen en la red, así como la forma de atender y comunicar la situación a los pasajeros".

Al lugar del incidente se desplazó gran número de agentes del Cuerpo Nacional de Policía y de la Policía Municipal de la capital que atendieron en los pasillos de la estación a los pasajeros. También acudieron tres ambulancias del Samur-Protección, cuyos facultativos se encargaron de tres pasajeros que tenían problemas respiratorios y cardiovasculares producidos por crisis de nervios, según informó un portavoz de Emergencias Madrid. Tan sólo uno de los afectados tuvo que ser trasladado al servicio de urgencias del hospital Gregorio Marañón para ser reconocido de forma más exhaustiva.

El servicio quedó restablecido sobre las 10.50, según fuentes de Metro.

Denuncia de los consumidores

La Federación de Usuarios y Consumidores Independientes (FUCI) anunció ayer que iba a trasladar una queja formal a la dirección del Consorcio Regional de Transportes por la angustiosa situación que sufrieron ayer cientos de viajeros al averiarse un vagón de metro cerca de la estación de Pacífico. Según un comunicado de la organización de los consumidores, "cientos de usuarios han visto impotentes cómo permanecían secuestrados, en plena hora punta, por un periodo excesivo de tiempo y sin explicación alguna" por parte de la compañía.

La FUCI relata que el vagón averiado sufrió una parada de 12 minutos "sin ningún tipo de explicaciones" entre las estaciones de Plaza Elíptica y Usera. A eso se unió otra retención de siete minutos en el túnel de Legazpi a Méndez Álvaro hasta que este tren estuvo retenido casi 45 minutos en el túnel que lleva a Pacífico. "Esta última situación ha sido la más grave, ya que los responsables de Metro han solicitado a los usuarios que saltaran de un vagón a otro [a una distancia de un metro] contraviniendo todas las precauciones de seguridad", mantiene la organización de consumidores.

La Federación de Usuarios y Consumidores también va a solicitar una explicación detallada de lo sucedido y solicitará la devolución del importe del billete y de una parte proporcional de la cuota del abono transporte, debido a la repetición de situaciones similares, así como por un constante y grave deterioro del servicio, además de poner en riesgo la integridad de los pasajeros.

Estos incidentes se producen al día siguiente de que el Sindicato de Conductores de Metro de Madrid (SCCM) alcanzara un preacuerdo con la compañía y desconvocara los paros previstos para ayer.

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Sobre la firma

F. Javier Barroso
Es redactor de la sección de Madrid de EL PAÍS, a la que llegó en 1994. También ha colaborado en la SER y en Onda Madrid. Ha sido tertuliano en TVE, Telemadrid y Cuatro, entre otros medios. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, está especializado en Sucesos y Tribunales. Además, es abogado y criminólogo.

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