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Reportaje:

Una ruta para dejar atrás el paro

La asociación Caminar, fundada en Huelva por desempleadas, facilita el acceso al mercado de trabajo a otras paradas

Hace 12 años, un grupo de mujeres de Huelva, la mayoría amas de casa sin experiencia laboral, decidieron organizarse para encontrar empleo. Así nació la asociación Caminar, formada por desempleadas, con el propósito de generar recursos para mejorar sus posibilidades de encontrar trabajo. Caminar nació en1994 en un marco manchado por la crisis económica. "Muchos hombres estaban en paro y algunas decidimos hacer algo. Había que ayudar", explica Milagros Jiménez, presidenta de la asociación y una de las socias fundadoras.

La primera idea consistió en organizar una cooperativa de servicios, "pero vimos que no teníamos preparación, ni titulaciones, ni nada. La mayoría teníamos entre 45 y 50 años y nuestro tren ya había pasado", comenta Milagros. Entonces, el grupo de fundadoras comenzó a realizar cursos de Formación Profesional Ocupacional (FPO), sobre todo de auxiliares de enfermería y escuelas infantiles, y muchas empezamos a encontrar trabajo. "Al poco, nos dimos cuenta de que las mujeres jóvenes, de alguna forma se encontraban con los mismos problemas que nosotras cuando pretendían comenzar su vida laboral", relata la directora. Así, el grupo inicial pasó a ser, no sólo receptor de servicios, sino también generador. Y se organizaron para orientar en la búsqueda de empleo y dar cursos formativos en la provincia de Huelva.

Más de una década después, la asociación, que cuenta con casi 200 afiliadas, está gestionada por una junta formada por cinco mujeres, de 29 a 64 años, que insisten en que todavía queda mucho por hacer socialmente en cuanto a la integración laboral de la mujer. "Existe la idea de que se ha avanzado mucho, pero seguimos repitiendo los mismos patrones machistas y patriarcales de siempre, quizás de forma más sutil, pero real", explica la psicóloga Laura Sánchez. "Por ejemplo, entre las mujeres que acuden a nosotras, muchas dan por hecho que son ellas las que deben renunciar a una vida laboral plena en favor del cuidado de su familia y su casa. Y eso lo vemos también entre jóvenes. También entre los trabajos que se ofrecen se repiten esquemas, como el cuidado de mayores y niños o las labores del hogar", continúa.

Caminar intenta trascender esos cotos y ha puesto en marcha cursos de monitores socioculturales y de ofimática, talleres de nuevas tecnologías, además de cursos de atención especializada a enfermos de Alzheimer. En total se han atendido a 770 mujeres en seis programas de empleo. "Como media, de cada curso de FPO que impartimos, a los que acuden 15 mujeres, unas cuatro terminan siendo contratadas", afirma la trabajadora social María José Cuaresma.

Vanesa Fernández, de 29 años, acudió hace cinco a la organización tras haber terminados sus estudios de auxiliar administrativo. En Caminar, se formó como programadora informática, centrada en el diseño de contenidos para Internet. Le gustaría un trabajo que pudiese compaginar con su vida familiar, "pero ahora mismo cogería lo que fuese, de mañana y tarde si hace falta".

Vanesa no ha tenido demasiada suerte como técnica informática, pero no ceja en su empeño de encontrar un empleo. Tiene claro que una razón básica para trabajar es la autoestima: "Es algo que me viene bien como persona". Cuando nació Caminar, sus fundadoras pronto se dieron cuenta de que ése era uno de los campos en los que tenían que trabajar. "Por ello damos cursos de autoestima", expone Milagros Jiménez.

A Primitiva Casado, de 40 años, ya no le hace falta ese apoyo, "pero lo he necesitado". Desde hace 10 meses trabaja como auxiliar de enfermería en un geriátrico de Huelva. "Cuando me decidí ya tenía 36 años. En Caminar te asesoran, te informan, te dan cursos y, sobre todo, te animan. Alguna vez pensé en tirar la toalla, pero desde la asociación siempre estaban allí, diciéndome que siguiese adelante. Y lo conseguí".

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