Egipto detiene a 10 sospechosos por la matanza en la zona turística de Dahab
Los Hermanos Musulmanes y Hamás condenan el atentado y lo tildan de "criminal"
Las fuerzas de seguridad de Egipto detuvieron ayer a 10 sospechosos de estar relacionados con el triple atentado en el centro turístico de Dahab que acabó con la vida de 18 personas, 12 egipcios y seis turistas extranjeros. Las autoridades locales continúan las investigaciones sobre la autoría de los ataques, y siguen sosteniendo que la causa de las explosiones fueron tres artefactos activados a distancia y no acciones de terroristas suicidas, a pesar de que el hospital de Dahab confirmó la existencia de tres cadáveres completamente destrozados.
El director del hospital, Mohamed Hussein, aseguró que los cadáveres destrozados correspondían aparentemente a árabes. Las pruebas de ADN en El Cairo pueden determinar su identidad y si, como creen algunas fuentes en el Sinaí, eran los suicidas que provocaron el horror en la hasta ayer tranquila avenida turística de Dahab.
Como sucedió en los dos atentados terroristas ocurridos en el último año y medio en la península del Sinaí, la primera reacción fue cerrar todos los accesos, declarar el estado de emergencia y detener a sospechosos, todos ellos egipcios. El gobernador de la provincia del sur del Sinaí, Muhamad Hani Mutawali, declaró que "no hay suficientes pruebas para señalar con el dedo a un determinado grupo terrorista". El ministro de Turismo, Zohir Garana, añadió que es "muy temprano para identificar a los responsables".
Sin embargo, expertos del espionaje egipcio apuntan a una célula islamista, con conexiones en el complejo entramado terrorista que tiene como polo central el movimiento Al Qaeda.
Ayer, fuentes del Mosad israelí apuntaban al llamado "clan libio", compuesto por musulmanes fundamentalistas que realizan operaciones desde Argelia hasta Mauritania, y que pueden estar relacionados con las últimas acciones terroristas en Egipto. Una nación que dicho grupo considera "infiel y traidora" por haber sido el primer país árabe que firmó la paz con Israel y por ser aliado de EE UU. Los servicios secretos franceses, británicos e israelíes mantienen en los últimos meses una estrecha colaboración para dar con el "clan libio".
Mientras tanto, los habitantes de esta localidad vacacional egipcia temían ayer que este nuevo atentado perjudique su única fuente de ingresos, el turismo. En una manifestación espontánea entre los escombros del supermercado atacado, exigían el fin del terrorismo.
La condena más significativa de los atentados llegó de El Cairo. El partido islamista Hermanos Musulmanes, la segunda fuerza política en el Parlamento y "enemigo" del presidente Hosni Mubarak, fue claro: "Es una violación de la religión y una agresión contra los principios humanos. Son acciones criminales que pretenden desestabilizar el país". Condenas también desde la franja de Gaza. El primer ministro palestino y líder del grupo integrista Hamás, Ismail Haniya, se reunió en Gaza con representantes egipcios para expresar su "total apoyo" a Egipto y condenar lo que llamó como "ataque criminal contra inocentes".
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