Una victoria "a la española"
El madrileño Gonzalo Fernández Castaño impone su juego imaginativo desde el 'rough'
Después de su victoria en el Open Asiático disputado en el campo de Shanghai, después de su segundo triunfo en su año y pico de jugador del circuito Europeo, el madrileño Gonzalo Fernández Castaño, de 25 años, declaró que se había impuesto jugando "a la española, desde el rough y metiendo algunos approach imposibles".
No exageraba en absoluto el desenvuelto Fernández Castaño,pero quizás se equivocaba ligeramente: no son sólo los españoles quienes, confrontados en el tee por una calle larga y estrecha, envían la bola muy lejos, pero a zonas peligrosas, de matorrales, árboles y demás; tal detalle es un sino del golf moderno, de los jugadores jóvenes y poderosos que en la ecuación riesgo-beneficio, se olvidan del peligro a cambio de distancia. Y así triunfan.
Y así triunfó Fernández Castaño. "Mi swing se acelera cuando tengo un poco de presión", explicó el madrileño, que la semana pasada, en Pekín, había terminado segundo.
Ganó gracias a un birdie imposible en el hoyo 16. "Pura magia", explicó el joven español. "Stenson, mi rival, estaba de tres en green y yo tenía un approach imposible desde la derecha del green. ¡Y voy y la cuelo!"
Stenson, el jugador número 15 del mundo, un sueco de poderosa pegada, había estado dominando el torneo desde el jueves. Y el domingo, tres birdies consecutivos le convirtieron en líder indiscutible hasta que una pesadilla en el hoyo noveno, un triple bogey, le devolvieron al pelotón perseguidor.
De él se destacó en el 16º el español. El birdie colocó a Fernández Castaño líder en solitario por primera vez en una tarde en la que media docena de jugadores -incluidos Montgomery y Casey- se turnaron en la cabeza. Líder efímero también. Un birdie en el 18 permitió al sueco Stenson igualarlo en el último sispiro y condenarlo a disputar el desempate. Allí, de nuevo la magia. Un approach del español dejó la bola dada. La victoria -y 247.810 euros- en el bolsillo.
Después de un comienzo de temporada muy duro, en el que Fernández Castaño conoció la dureza del circuito estadounidense, la soledad, la feroz competitividad, los cortes de los viernes por la tarde, una experiencia que le llevó incluso a interrogarse sobre su capacidad como jugador, el madrileño ha logrado en su gira china ocupar un puesto en el escalafón en el que todos los sueños están permitidos.
En España es, por ahora, el mayor candidato a sumarse al trío mundial formado por José María Olazábal, Sergio García y Miguel Ángel Jiménez. En Europa es ahora uno de los máximos aspirantes a una de las plazas del equipo de la Ryder Cup. "Mis objetivos de principio de temporada ya se han cumplido estas dos semanas", dijo Fernández Castaño, miembro de la generación de Sergio García que prefirió terminar la carrera de Económicas antes de hacerse profesional del golf. "Me he metido entre los 100 primeros del mundo y me he ganado plaza otra vez para el Volvo Masters. Pensar en la Ryder Cup me da vértigo. Todavía tendría que hacer mucho, pero soñar es gratis. Con esta machada en abril, el año ya es otra cosa, ahora puedo jugar de otra manera".
En 2005, tras unos comienzos en los que a su indudable brío no le acompañaban los resultados, Fernández Castaño logró la victoria en el Open de Holanda, un triunfo que a final de la temporada le valió el reconocimiento de novato del año en el circuito europeo.
Y a ese novato, jovial y amigable, modesto y poderoso, le esperaban ayer en Shanghai, en el green del 18º, felices y festivos, los otros tres jugadores españoles que por allí andaban. "Fue muy emocionante", dijo Fernández Castaño. "Allí estaban Lara, Garrido y Jiménez esperándome. También un grupo de españoles que trabaja en Shanghai y hemos estado todos juntos celebrándolo, aunque con prisas, porque todo ha sido correr y correr: entrega de premios, rueda de prensa y al aeropuerto a embarcar".
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