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Reportaje:

Festeras de Alcoi en pie de guerra

Las mujeres recurren a la vía jurídica por su exclusión de las fiestas de Moros y Cristianos

Los juzgados de Alcoi han empezado, en el último año, a decidir sobre si la fiesta de Moros y Cristianos, discrimina o no a las mujeres. Es la otra cara de la fiesta que estos días saca a la calle a más de 7.000 festers y mantiene ocupados a buena parte de ellos el resto del año. Hasta ahora el respeto por la tradición y el fervor por Sant Jordi habían mantenido toda polémica al margen de jueces y abogados.

El rechazo por parte de la Filà Navarros a que tres mujeres, Gemma Ballester, Susana Angulo y Monserrat Martínez, se integrasen como festeras de pleno derecho, fue el detonante. Las tres mujeres denunciaron a la Filà Navarros y a la Associació de Sant Jordi al considerarse discriminadas. Durante el juicio que tuvo lugar el pasado octubre varios testigos reconocieron que las tres mujeres fueron excluidas por razón de sexo pero finalmente el juez desestimó la demanda al considerar que había sido presentada fuera de plazo. El juez no valoró si hubo o no discriminación y se limitó a constatar que se habían cumplido los procedimientos internos de la filà para el ingreso de nuevos socios mediante votación. El caso está pendiente de resolución de la Audiencia.

El inicio de la vía judicial no ha sentado bien a los representantes de la máxima institución festera, que es la Associació de Sant Jordi. Su presidente, Javier Morales, señaló que esta alternativa ha perseguido "sentar en el banquillo de los acusados" a la propia asociación. Sus directivos acudieron por primera vez a los juzgados de Alcoi el pasado mes de julio a causa de otra demanda. Carlos Bernabeu, fester de la Filà Judíos, solicitó a la máxima entidad festera a través del juzgado que anulase el acuerdo por el que se llevó a cabo su expulsión. El juzgado numero 1 de Alcoi, en primera instancia, y la Audiencia de Alicante, dieron la razón al fester y obligaron a la Filà Judíos a readmitirlo al considerar que no fue reincidente en la comisión de faltas graves que justificaran su expulsión.

La controversia entre Carlos Bernabeu y la máxima entidad festera se remonta a 1999. Ese año denunció públicamente la discriminación que sufría su hija por parte de la Filà Judíos, que le exigía el pago de una derrama algo superior a los 1.200 euros.

Bernabeu inició un litigio contra los representantes de la fiesta de Moros y Cristianos para tratar de demostrar que esa cantidad se le exigía a su hija por ser mujer y no al resto de hombres. La Audiencia de Alicante desestimó su demanda al no considerar demostrado este último aspecto. Pero metido en harina judicial inició junto a su hermano Andrés Bernabeu, otra demanda contra la reforma de la ordenanza festera. Ambos consideraron que los cambios introducidos por la Associació de Sant Jordi recortan los derechos de la mujer que ya había conseguido inscribirse en una filá.

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