Metabasura
Con la telebasura española pasa lo mismo que con el universo: nada desaparece definitivamente, sólo se transforma, se recicla o cambia de horario. Es cierto que en la programación nocturna hay dos respiraderos (Buenafuente y Noche Hache) y que el ente, al cabo de Pepe Navarro, ha optado por el cotilleo soft de Arús. Pero si se analiza el conjunto del universo televisivo, los átomos españoles de basura siguen siendo los mismos que en temporadas pasadas, cuando "la alarma social" y la famosa autorregulación. Llevo una semana viendo programas de tarde y llego a esta conclusión: la telebasura sigue en sus trece, como en ningún otro país de la UE, pero ha cambiado de horario. Ya no ocurre de noche, excepto TNT o ¿Dónde estás, corazón?, que este mismo viernes hicieron doblete con La Veneno. Ahora, la recogida de basuras es por la tarde y durante esos programas protegidos por el horario infantil (¿recuerdan?).
Lo único que ha hecho la autorregulación ha sido reciclar ciertas inmundicias salvajes de la talla XXL e inventar un nuevo género: la metabasura. Porque mi segunda conclusión es que no se entiende nada. Hay que haber devorado de primera mano mucha telebasura antigua para saber de qué van Aquí hay tomate o A tu lado. Los griteríos en el plató, cotilleos, escándalos, amenazas de querella judicial, héroes rosa y morbos amarillos siempre se refieren a pasadas digestiones. Son puro rumie, autorreferencia: metabasura. Hay que ser un erudito para seguir las peripecias de la celulitis de Inma, el traserillo de Raquel que sigue sin tener portada (en Interviú), los guantazos de Aída, los problemas de peso del gordo gay de La casa de tu vida o la operación transexual de la neonovia de aquella chica que salió del armario luego de Gran Hermano. Es verdad que a veces elevan el listón y se dedican full time y transversalmente a resucitar la herencia, la dolencia y la tendencia de Encarna, o al post-mortem y el avant-mortem de las Rocíos, pero siempre es metabasura. Si te has perdido las recogidas anteriores, no entenderás nada.
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