Procesiones por lo civil

Pasados los días de Semana Santa, tiempo de 'Saetas y torrijas', como se tituló uno de los capítulos de la entrañable serie Cuéntame cómo pasó, me gustaría comentar una de las procesiones más originales de las que se pueden ver en España. Y hay procesiones verdaderamente sorprendentes, como ésa en la que llevan a la Virgen a la carrera y cuando paran la zarandean y hacen saltar...

Bien. La que tiene lugar en la ciudad donde vivo, Torrelavega, en Cantabria, tiene de original que es una procesión "por lo civil". Debido a un extraño y antiguo rifirrafe entre los párrocos y algunos feligreses, que ahora ya no son cofradía, sino asociación, originado entre otros muchos recelos por la propiedad y custodia de los pasos procesionales, las diferencias en la toma de decisiones y quién sabe qué más cosas...; pues en Torrelavega no hay procesiones, sino manifestaciones. La Manifestación de la fe, se llama, y los pasos, que salen de un garaje donde se guardan todo el año, y a él regresan, procesionan sin curas ni ningún representante eclesiástico, con un permiso normal de manifestación de los que concede la delegación del Gobierno. Otros años se llamó Profesión (que no procesión) de la fe. Los cofrades, aun sin llamarse así, acuden con su indumentaria solemne como en cualquier procesión, y es verdaderamente chocante el ver algo así por la calle con total ausencia de curas y demás parafernalia eclesial. ¿Quién dijo que ya está todo visto.