El Bernabéu contempla su palco
El Madrid recibe al Málaga sumido en una crisis que amenaza la continuidad de Fernando Martín
El Madrid recibe hoy al Málaga en una atmósfera de intrigas, vestuario revuelto y anuncios populistas que no parece el más indicado para pelear por la reconquista del segundo puesto de la clasificación. En el corazón de la crisis queda la herencia ejecutiva del dimisionario Florentino Pérez: 19 directivos que llevan un mes y medio enfrentados por los retales del imperio.
La trifulca del palco alcanza su clímax porque la junta del próximo miércoles constituye, formalmente, el desenlace aplazado de una crisis institucional que se inició con la súbita marcha de Florentino Pérez y el simultáneo nombramiento del hombre en el que puso su confianza: Fernando Martín. Un mes y medio después el dimisionario y su sucesor han pasado de ser entrañables colaboradores a no cogerse ni el teléfono. Hoy por lo tanto, los aficionados que acudan al Bernabéu podrán seguir en directo dos disputas: el Madrid contra el Málaga en el césped, y los adeptos de Florentino Pérez contra los fieles a Fernando Martín en el llamado palco de honor.
Se sabe que Fernando Martín quiere fichar a Ancelotti como entrenador y a Henry como jugador estrella. En esto no difiere de su predecesor, que llevaba tres años intentado contratar a Henry y tenía a Ancelotti apuntado en su agenda. Verificada la coincidencia en el proyecto deportivo, la diferencia que ha llevado a ambos líderes madridistas a la situación de conflicto actual es oscura.
Mientras los ejecutivos se baten ente los despachos de sus empresas de construcción y promoción urbanística, los jugadores, en la flamante Valdebebas, perciben que el club navega sin rumbo. La consecuencia, en unos casos, es un indisimulable desaliento. En otros, la resignación. En este clima se han entrenado esta semana bajo un estricto régimen de puerta cerrada.
Hasta ayer, el técnico madridista, López Caro, ha preferido que nadie vea lo que pasa en las sesiones preparatorias del Madrid. Por la práctica y por las sospechas de los jugadores se intuye que no habrá un cambio de régimen. El técnico seguirá confeccionando alineaciones desconcertantes -para el rival y para sus propios futbolistas- según su costumbre. En esta línea se anuncia el regreso de Beckham, relegado al banquillo hace una semana, y la suplencia de Salgado. La baja de Ronaldo anuncia el regreso de Raúl a la punta junto a Baptista.
El viernes pasado, López Caro, celebró una de las conferencias de prensa más desoladoras que se recuerdan al entrenador más abrumado que ha pasado por Chamartín desde Arsenio Iglesias. Como hace semanas se le agotaron las explicaciones, anteayer su discurso fue el mismo que pudo emitir tras el empate ante el Betis. "En Getafe fallamos en la definición", dijo; "pero estuvimos grandiosos (...) teniendo en cuenta las posibilidades de nuestros jugadores".
Para López Caro salta a la vista que un empate a uno en Getafe es pedir demasiado a la plantilla más cara de la historia del fútbol. Tal vez el técnico quiera manifestar que el caos institucional que vive el club es un hándicap difícil de cargar para su equipo. En todo caso, sus jugadores no comparten la idea de que en Getafe jugaron de forma aceptable.
Durante la semana los futbolistas del Madrid se han cruzado acusaciones unos a otros. Algunos creen que la conducta de ciertos compañeros, durante los partidos, es indulgente y egoísta. "Zidane hay uno solo", se quejaba un jugador; "y a veces en este equipo hay cinco que se creen que son Zidane. Se quedan arriba y el equipo se parte por la mitad".
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