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Reportaje:

Un Mao de piedra para el Tíbet

China erige una estatua del ex presidente a prueba de terremotos

El Tíbet, un territorio invadido en 1951 por las tropas comunistas chinas con la excusa de abolir miles de años de teocracia budista, va a tener la estatua más grande de Mao Zedong, incluso mayor que las muchas que existen en China.

Las autoridades de Pekín informaron ayer del inicio de la instalación de una figura de granito del gran timonel para conmemorar los 30 años de su fallecimiento, el 9 de septiembre de 1976. Se trata de un gesto cargado de simbolismo, con el que Pekín reafirma, dentro y fuera de sus fronteras, el derecho histórico de propiedad sobre el Tíbet -declarada región autónoma dentro de China en 1965- frente a las tesis del Dalai Lama y otros tibetanos del exilio, que exigen la salida de las tropas invasoras y la independencia del país.

Tiene más de siete metros de altura (sumados a cinco del pedestal) y 35 toneladas de peso

Se trata de un Mao sonriente y con el brazo derecho extendido, como quien muestra un camino. Tiene más de siete metros de altura (sumados a cinco del pedestal construido a prueba de terremotos) y 35 toneladas de peso. Es decir, una representación enorme y sólida del mismo Mao que ordenó a sus tropas la invasión del territorio hace 55 años.

Llegó la escultura descomunal a Gonggar (ciudad situada a 100 kilómetros al sur de Lhasa, la capital tibetana) hace un mes procedente de la provincia china de Hunan. Ayer, según la versión oficial difundida desde Pekín, comenzaron los trabajos para colocarla en el centro de la plaza de Shangcha en medio de una enorme expectación. La agencia oficial china describe cómo "miles de locales se reunieron entorno a la estatua, algunos portando un hada, el tradicional pañuelo blanco tibetano para las bendiciones".

"Tiene un gran significado. Se trata de la primera estatua de Mao Zedong en el Tíbet", aseguró Wang, funcionario del gobierno del distrito de Gonggar-Changsha, capital de Hunan, cuando llegó en marzo.

Esta provincia, de la que era originario Mao, donó el equivalente a 670.000 euros para la construcción y envío de la estatua, según explicó a la agencia Efe el subdirector del distrito, Feng Conglong, quien añadió que la talla de piedra forma parte de un programa de ayuda desde las zonas urbanas a las rurales. "Muchos tibetanos sugirieron que debíamos tener una estatua del presidente Mao Zedong para mostrar nuestra gratitud a los ciudadanos de su provincia natal cuando planeamos la construcción de la estatua", señaló Daindar, subsecretario del Partido Comunista en Gonggar.

Según la versión oficial china, el presidente Mao y sus camaradas comunistas liberaron el Tíbet de forma pacífica en 1951 para poner en marcha una gran reforma política, social y económica y abolir siglos de sistema feudal basado en el poder de la religión budista.

El Mao de granito está preparado para resistir rayos, centellas y terremotos moderados: "Para proteger la estatua, hemos añadido un pararrayos y reforzado la base, para que el presidente pueda aguantar seísmos de hasta 5,5 en la escala Richter", aseguró el funcionario Daindar. "Pocas veces sufrimos un terremoto en Gonggar, pero queremos garantizar que la estatua esté segura".

La figura debería estar instalada en el centro de la plaza de Shangcha en el mes de julio.

Desde el punto de vista de las autoridades de Pekín, el Tíbet siempre ha sido parte de China. Para otros, como el Dalai Lama, es sólo la historia de una superpotencia que ocupa un territorio vecino, inicia un proceso de adoctrinamiento de la población en medio de violaciones de los derechos humanos para suprimir una cultura única y milenaria.

Un trabajador limpia la cara de una gran estatua de Mao Zedong en Chengdu el pasado diciembre.
Un trabajador limpia la cara de una gran estatua de Mao Zedong en Chengdu el pasado diciembre.CHINA PHOTOS

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