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El precio del petróleo marca su cuarto récord semanal y roza los 71 dólares

El FMI dice que el crudo aumenta el riesgo de los desquilibrios exteriores de las economías

El barril de crudo brent, la referencia en Europa, rompió ayer un nuevo techo al dispararse hasta 70,99 dólares y superar, por primera vez en la historia, los 70 dólares. La resistencia de Irán, cuarto productor mundial de crudo, a renunciar a sus ambiciones nucleares a pesar de las advertencias de EE UU y el temor a una nueva carestía de combustible de cara al verano han instalado la inquietud en los mercados. El Fondo Monetario Internacional (FMI) advierte en su último informe que los altos precios del petróleo aumentan los riesgos que plantean los desequilibrios de las balanzas comerciales.

El crudo de referencia en Europa ha roto esta semana cuatro máximos históricos y ayer superó la barrera de los 70 dólares por primera vez desde que empezó a cotizar en los mercados de petróleo en 1988. No obstante, el brent se encuenta aún lejos de los 80 dólares (expresado en precios equivalentes a los de hoy en día) que llegó a alcanzar tras la revolución iraní de 1979 que expulsó al Sha e instauró el régimen de los ayatolas.

Ayer inició la jornada sin dirección definida hasta la mitad de la sesión europea, para iniciar una escalada al tiempo que se conocían las primeras declaraciones de Mohamed El Baradei, máximo responsable de la Organización Internacional de la Energía Atómica (OIEA). Ayer llegó a Teherán para convencer a las autoridades iraníes de que desistan de seguir adelante con su programa de enriquecimiento de uranio. El Baradei confió en que su visita "tenga resultados constructivos", a pesar de que el presidente iraní aseguró ayer que no habrá concesiones en las negociaciones.

Tensión geopolítica

La tensión geopolítica se ha instalado de nuevo en los mercados de crudo, azuzada desde el pasado fin de semana por diversas informaciones publicadas en medios de comunicación de prestigio, como el diario The Washington Post o el semanario New Yorker, en los que se aludía a la preparación de planes por parte de la Administración de George Bush para lanzar un ataque militar contra Irán.

Durante la anterior crisis de crudo, provocada por el desastre de los huracanes Katrina y Rita, que mermaron la capacidad de producción y refino de la costa del Golfo estadounidenses, el brent marcó su máxima cotización en 68,89 dólares el 30 de agosto.

La otra referencia de crudo, el West Texas Intermediate, ha seguido la misma estela ascendente durante la semana. Este crudo también registró el 30 de agosto pasado su máximo histórico en 69,81 dólares. Curiosamente, el petróleo tejano ha reaccionado con más moderación que el europeo y no ha superado su anterior máximo. El miércoles llegó a los 69,60 dólares, aunque ayer no superó los 69,40 dólares. Con todo, terminó la jornada en 69,32 dólares, su cierre más alto desde septiembre pasado. Tradicionalmente, esta referencia de crudo ha venido cotizando entre uno y dos dólares por encima de la europea. Pero, tras las subidas de los últimos días, las posiciones de han invertido y el brent se paga más caro que el West Texas Intermediate.

El empuje del crudo, que a principios de 2004 se intercamabiaba en torno a los 30 dólares, es uno de los principales riesgos que se ciernen sobre el crecimiento económico mundial, según el Fondo Monetario Internacional (FMI). El organismo que dirige el ex ministro español de Economía, Rodrigo Rato, asegura en uno de los capítulos analíticos de su último informe de Perspectivas Económicas Mundiales que los efectos del encarecimiento del crudo sobre los desequilibrios por cuenta corriente "serán más persistentes que en el pasado", por lo que aumenta el riesgo de dichos desfases.

La razón es que los países productores de petróleo están siendo más prudentes que en el pasado a la hora de gastar, por lo que sus superávit por cuenta corriente, que en algunos casos equivale al 15% de su PIB, tardarán tiempo en reducirse. En el otro polo, los países consumidores no han sentido la presión para ajustar sus niveles de gasto, dado que las consecuencias inflacionistas del encarecimiento del crudo han sido limitadas y los tipos de interés siguen se han mantenido en niveles muy bajos.

En el caso de EE UU, señala el FMI, el principal peligro del desfase de su cuenta corriente -equivalente ya al 6,5% de su PIB- es que "aumenta los riesgos de se produzca un ajuste a la baja del dólar, que podría causar un alza brusca de los típos de interés y, posiblemente, provocar una recesión".

Según cálculos del Fondo, la mitad del deterioro de la cuenta corriente de EE UU en los últimos dos años (equivelente a un punto porcentual de PIB) es atribuible a la subida del crudo.

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