Hijos, ¿propiedad de los padres?

Como mis hijos son míos, hago lo que creo que más les conviene y les educo como yo quiero ¿quién me lo va a prohibir? Este planteamiento otorga a los padres en España el derecho de maltratar de muchas maneras a los menores, consiguiendo de forma implícita dos objetivos: la educación de sus hijos y el desahogarse contra ellos, cuando han llegado a una situación límite.

La legislación actual dice que: "Los padres podrán corregir razonable y moderadamente a los hijos". Al no prohibir explícitamente el castigo corporal en la familia, cada padre y cada madre se aplica su propia medida. Toda la sociedad es testigo de cómo, en público y en privado, se humilla, se pega, se grita, se zarandea, se insulta, se menosprecia a niños de todas las edades. Ante cualquier amonestación, los padres tienen respuestas para acallar cualquier denuncia. Hay que esperar a que sea el médico de guardia quien denuncie a los maltratadores. Pero como los males psíquicos no se llevan a las urgencias de los hospitales, quedan impunes.

Muchos padres defienden con tanta pasión y justificación, un cachete para que se callen, una bofetada a tiempo, o cualquier otra agresión, que parecería que se trata del deporte nacional.

El día que la legislación española se homologue con el mundo civilizado en esta materia, muchos padres, se sorprenderán de que hayan estado maltratando a sus hijos impunemente.