Cilicio de ladrillo para San Francisco

El Arzobispado de Madrid y el Ayuntamiento, tras lustros de impugnación vecinal y de infructuosas gestiones, han pactado un plan de reordenación de unos terrenos en talud situados junto al Seminario Conciliar, pertenecientes a la diócesis madrileña y situados detrás de la Real Basílica de San Francisco el Grande, en el perímetro que forman las calles del Rosario, del Jerte, la cuesta de las Descargas, la calle de Javalquinto y la ronda de Segovia, en el distrito Centro.

Los terrenos afectados, de unos 84.000 metros cuadrados de superficie, están situados en el entorno posterior de la basílica, sobre un área ajardinada que se despliega a lo largo de la cornisa natural que perfila el paisaje madrileño que mira hacia poniente.

La presión vecinal desplazó el proyecto inicialmente ideado junto a la basílica

El Colegio de Arquitectos denuncia "volúmenes desproporcionados"

Para aplicar la reordenación, Ayuntamiento y Arzobispado han pactado permutar la licencia municipal para edificar la Casa de la Iglesia, sede administrativa para 11 vicarías diocesanas, así como una biblioteca religiosa y una residencia para sacerdotes. A cambio, el Consistorio obtiene en propiedad solares pertenecientes a la Iglesia, sobre los cuales edificará un polideportivo y un centro de día, así como una escuela infantil, una nueva vía de conexión, más dos zonas verdes.

Los futuros edificios y dotaciones se levantarán sobre segmentos diferentes de los tres escalones geológicos que configuran la cornisa en esta área. Así, la residencia para sacerdotes, al igual que un centro municipal para jubilados, se situarán en zonas contiguas de la conjunción de la calle de Segovia con la ronda de igual nombre, en el escalón más bajo. En las inmediaciones de este enclave se halla una cripta consagrada a Santa María de la Cabeza, en cuya proximidad se encuentra hoy un centro para indigentes. No lejos de él, el seminario conciliar ha convenido ceder al Ayuntamiento dos parcelas verdes. Sobre una de ellas se abrirá una conexión, hoy inexistente, entre la calle de Javalquinto y Las Vistillas. La otra cesión contará con 1.800 metros cuadrados.

En un segundo escalón geológico se edificará la Casa de la Iglesia, de entre cuatro y cinco plantas, con 14.000 metros cuadrados de superficie paralelepipédica, que dispondrá de hasta 170 metros de fachada, por 14 metros de fondo. La edificación quedará prácticamente ceñida a la parte inferior del talud. Un patio inglés, corrido, a lo largo de su fachada trasera, de seis metros de anchura, lo separará del abarrancamiento y abrirá acceso a los bomberos. "En el subsuelo de la Casa de la Iglesia prevemos un estacionamiento para albergar, como mínimo, 250 automóviles, según las prescripciones", explica el ingeniero Ramón Colsa, asesor técnico del Arzobispado.

Durante años, el Arzobispado barajó su propósito de construir la casa curial y un estacionamiento de 400 plazas en un solar que se extiende en el lateral de la basílica de San Francisco el Grande, idea que causó el rechazo vecinal. Un lugar contiguo es escenario de actividades vecinales, y, dos días por semana, acoge un mercadillo sobre la calle del Rosario. Ahora, el Arzobispado cede al Ayuntamiento esa parcela, que se integrará en el parque existente.

"Hasta ahora, las actividades de la Curia se desarrollan en el mismo edificio de la catedral de Nuestra Señora de la Almudena", explica Francisco de Santiago, asesor legal del Arzobispado. "Pero no se cabe ya dentro de sus dependencias; además, hay que tener en cuenta que Madrid posee más de 500 parroquias y que la actividad de sus vicarías es enorme, así como la de delegaciones diocesanas tales como Cáritas o Migraciones, que hasta ahora se hallan enclavadas en otros lugares de la ciudad", agrega.

En el escalón geológico superior a aquel donde se alzará la Casa de la Iglesia, el Arzobispado contará con otro edificio de cinco o seis plantas destinado a albergar la biblioteca conciliar teológica de San Dámaso. Igualmente, incluirá distintas instalaciones docentes.

El Ayuntamiento ha recibido del Arzobispado un solar de 1.500 metros cuadrados de superficie entre la calle del Jerte y la cuesta de las Descargas sobre el cual planea edificar un polideportivo de barrio. Podrá albergar una piscina media. Su acceso exigirá una torsión, dada la naturaleza del terreno.

En el cuarto escalón geológico, que sesga el arranque de la calle del Jerte, el seminario cede al Ayuntamiento otra parcela verde que podría alojar la prevista escuela infantil, según fuentes municipales.

"La principal actuación ha consistido en aunar en una sola hasta nueve áreas de planificación remitida, APR, sin cuya modificación, unida a la del Plan General de Ordenación en esta área, el proyecto no hubiera sido posible", señala el ingeniero Colsa. El Plan de 1997 contemplaba dos espacios, entorno basilical y seminario, que ahora quedan integrados. Pero el plan no satisface al Colegio de Arquitectos de Madrid. Su Comisión de Patrimonio acaba de presentar el primer pliego de alegaciones en la fase de información pública, que Gerencia de Urbanismo tramita. Ya en 1573 esta zona abarrancada se hallaba coronada por el palacio de los príncipes de Melito y duques de Pastrana, luego del Infantado y, posteriormente, de Osuna.

Según explica Vicente Patón, arquitecto y miembro de esta Comisión patrimonial, "aún hoy cabe observar trazas, recuperables, de uno de los primeros jardines renacentistas de toda España, que fue el canon para el futuro jardín de El Capricho, en la Alameda de Osuna". Bancos de piedra, escaleras, rocallas o tocones de árboles centenarios del cercano parquecillo de Las Vistillas, más un remanso en el extremo del jardín del seminario en torno a un hito columnado con un fuste de estilo toscano, permiten evocar aquel vergel. "El jardín y el tapial fueron recreados por el arquitecto Pedro Arnal, durante el siglo XVIII", dice Patón.

A su juicio, "el más grande de los edificios formará un parapeto sobre el talud y compactará enormemente esta zona, quedando sin ventilación trasera", explica Patón. "Se improvisan soluciones sólo en función de los intereses de los agentes más próximos, pese a que la importancia del lugar demanda ponderar la escala de Madrid en su conjunto", dice. "Los volúmenes que se pretende introducir son desproporcionados en una zona tan sensible como ésta, que hubiera exigido actuar con mucha más prudencia y más diálogo con el vecindario", señala. Si prospera el proyecto, los vecinos de la parte posterior de la ronda de Segovia, bajo el gran talud, verán frontalmente las cubiertas de los futuros edificios, en vez de los centenares de chopos, plátanos y acacias que hoy ornamentan este declive ajardinado del seminario conciliar. Por ello, amplias pancartas cuelgan de balcones con un lema en grandes caracteres: "Salvemos el parque".